viernes, 19 de noviembre de 2010

Comentarios a “La guerrilla invisible. Historia de las Fuerzas Argentinas de Liberación”: Las FAL, lucha, propaganda armada y foquismo


En un clima en el que parece que hablamos de la lucha armada, pero poco se avanza sobre sus fundamentos y razones de ser, es más que bienvenido un nuevo libro sobre organizaciones políticas que tomaron ese camino de lucha.
La guerrilla invisible. Historia de las Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL)” del periodista Ariel Hendler, destaca por el profundo trabajo de investigación —basado en entrevistas a participantes directos— además de por su pulido estilo literario. Bien escrito, con una descripción clara y pormenorizada de muchas de las acciones realizadas por las FAL, este es un libro que atrapa al lector leyéndose con gusto y facilidad. Además el aporte de nueva información del período cumple por demás con el objetivo explicitado de aportar al conocimiento de episodios borrados de la memoria. Y no solamente esto, la descripción de forma unitaria desde fines de los cincuenta hasta la última dictadura militar, pone delante no simplemente elementos que ayudan a entender la historia de este grupo, sino que además, casi sin proponérselo, la investigación ilumina aspectos relevantes de la dinámica política que potencio la lucha armada.
Sin embargo, lo que tiene de interesante este libro al mismo tiempo le impone un límite, que por cierto el autor tiene presente al señalar que el libro esta “lejos de toda pretensión teórica o interpretativa” (pág. 19). La pregunta que intentaremos responder en este comentario es sí realmente se puede dar cuenta de la historia de una organización guerrillera tan relevante alejado de la “pretensión” teórica. Veámoslo en detalle.
La descripción detallada de las acciones armadas de las FAL pierde de vista la política de la organización y la dinámica general que la potencia. Estas descripciones, en algunos casos como el secuestro del Cónsul paraguayo excelentemente realizadas[1], hacen eje en las operaciones armadas realizadas explicándose así la historia de las FAL por sus acciones y no por las decisiones políticas propias del grupo. Esta poca consideración de las decisiones políticas propias de las FAL hace perder de vista el contexto político general del que de manera evidente ellas son expresión. En la descripción realizada en el libro, el porqué las FAL toman la decisión realizar cada acción en cada momento particular, en el mejor de los casos, parecería brotar de la simple evaluación propia de sus capacidades, como si fuera un problema meramente subjetivo de sus dirigentes. Pongamos un ejemplo.
El operativo de Campo de Mayo del 5 de abril de 1969 está expuesto de manera descriptiva por fuera de la dinámica de los grupos armados de la época. Todo el año 1968 y principios de 1969 fue claramente reorganizativo para todos los grupos embarcados en la lucha armada después del asesinato del Che. Si se mira de manera general todas las operaciones armadas en el periodo, son casi exclusivamente de expropiación. Ninguna es reivindicada. ¿Por qué? Porque lo que estaba en juego en ese momento particular era la competencia entre los grupos y la discusión de un agrupamiento general. Pero por sobre todo, la discusión era sobre las formas que la lucha armada debía tomar en la Argentina. Las FAL con este hecho vienen a romper con esa discusión solapada al interior de las organizaciones armadas, imponiendo una acción espectacular que no era simplemente una expropiación, sino el mostrar tener la capacidad de “tocarle el culo a los militares”, como está bien señalado en el libro. Colocándose, así, como el grupo más “jugado” en la disputa de liderazgo en esas acciones. Ni siquiera ellos eran en ese momento un grupo numeroso, ni el mejor entrenado militarmente. Porque, el libro parecería insinuarlo, aunque no lo afirma, las FAL más allá del proclamado cientificismo de las acciones, eran una agrupación con un importante grado de amateurismo[2] en su entrenamiento militar—aunque con disciplina y constancia—, que además tenían un muy bajo nivel de discusión política al interior de la organización. Por tanto esta acción, no solo los separa del resto de los grupos colocándolos en ser acusados por “fierrerista” sino que además la exposición pública de tal acción los puso en el lugar de imán de grupos fragmentados, con un nivel una similar capacidad política, que proponían como acción inmediata la lucha armada. Con lo de Campo de Mayo las FAL intentaron colocarse al frente de la lucha armada como forma de acción, priorizando políticamente este aspecto de acumular prestigio al interior de otros grupos cercanos más allá de la coordinación estratégica con otros grupos.
De esta carencia de explicación política —entiendo— se deriva el problema de la caracterización de las definiciones políticas de las FAL y de las diversas formas que fue evolucionando su accionar armado[3]. La sensación que transmite el libro es de ambigüedad. Por un lado, se señala que estaban en la línea del foquismo (pág. 41), identificando así linealmente lucha armada y foquismo, borrando cualquier diferencia y matiz significativo entre los diversos postulados en disputa en el periodo. Sino que, por otro lado, el libro parece sostener que las FAL fueran los abanderados de la propaganda armada, y que siempre se hubieran sostenido argumentativamente, y en los hechos, en esa línea. Propaganda armada en el sentido de una acción incruenta, que no produce bajas, que tiene una repercusión de clara simpatía inmediata popular, que persigue el interés de potenciar el accionar y conciencia política de las “masas”. Esta línea de propaganda armada que parecería bañar casi todas las estrategias de los grupos en el periodo 1968 y 1969, lejos esta de la definición de acciones foquistas dada en el libro, donde, por ejemplo, los "obreros abandonen la fabrica para subir al monte” (pág. 43). La dimensión que la organización tendrá de ahí en adelante, bien descripta a través de la “teoría de los afluentes”, sumado a la intensidad y tipo de operativos realizados desde mediados del ´70 cada vez cumplirán menos con la propaganda armada. Esto el libro los describe pero no lo deduce de los mismos hechos que están ahí mismo explicitados. Definitivamente el año ´69 es un año bisagra en la forma del accionar armado. No solo es en las FAL sino en todas las organizaciones. La afirmación presente en la mayoría de los textos existentes hacen hincapié en el Cordobazo, pero más allá del alza real y evidente de la lucha de clases, el porqué la mayoría de los grupos, y en este caso las FAL, abandonan “la acumulación y propaganda armada” en vista de una insurrección posterior, hacia acciones más violentas y alejadas de esta estrategia, no está explicado.
Este evidentemente no fue un proceso fácil y sin discusión. Por ejemplo el grupo Zarate que iría a sumarse a las FAL, tal como Ariel lo describe con claridad, ya señalaba antes de la ruptura en la revista teórica del PCR en 1969 lo siguiente: “La concepción cubana del foco no fue tampoco, de ninguna manera, el planteo trasnochado de un blanquismo: el foco captó a las masas antes y durante su actuar, y no solamente después. Nació precisamente como medio para crear las condiciones para el proceso revolucionario, desembocando en una guerra prolongada en su crecer como ejército popular. No fue el éxito feliz de aventureros, maduró gracias al profundo conocimiento adquirido al respecto de la idiosincrasia e la población en que se “injerto” y del terreno en que actuó, así como de las características del enemigo imperialista en ese momento” (pág. 53). La idea de acciones separadas de las masas estaba presente, queda pendiente la respuesta si las acciones posteriores cumplieron con este objetivo explicitado. Además este mismo grupo en la descripción de la “Guerrilla invisible” esta presentado como el más proclive a la acción directa, proponiendo “acelerador y metralla” (pág. 123) evidentemente en una postura alejada de la propaganda armada y de las masas.
También en este sentido al libro le falta una explicación mayor respecto a todo el grupo relacionado al proyecto del Che Guevara centrado en la Brigada Masetti. Entiendo que Ariel ha profundizado su investigación en este sentido. Es una lástima que ese desarrollo no haya quedado plasmado en este texto. Por ejemplo se menciona a Willi Tamburini como ex PCR (pág. 183) sin embargo él fue uno de lo que compusieron el grupo de gente entrenando en Cuba en 1967 en vista al proyecto continental del Che. Esto está señalado (pág. 124) aunque no explicado el porque muchos de esos grupos que formaron parte del proyecto del Che confluirán finalmente en las FAL. Además varias de las columnas se llamaron con nombres de gente de ese procedencia y vinculadas al proyecto del Che, por ejemplo la columna Inti Peredo, Benjo Cruz, y el comando Jáuregui.
La excepción en la no consideración de la dinámica política esta en la firme descripción de la dureza de los primeros atisbos de represión, contundentes, de la dictadura de Onganía. Ariel muestra con claridad como la represión acicateo a las FAL a considerar aún más el uso de la fuerza como único medio político. Proceso que por cierto estuvo presente en todas las organizaciones que intentaban resolver de que forma encarar la acción política en este contexto represivo.
Finalmente mi cuestionamiento sobre el título. Si el título de “Guerrilla invisible” refiere a la propia visibilidad del grupo, cabe esa afirmación solo hasta 1969. De ahí en adelante sucede todo lo contrario, su exposición es de las mayores en relación a la dimensión real del grupo. La misma descripción del libro apunta en ese sentido.
Por último, es una lástima que el libro no tenga una conclusión del autor. Seguramente el trabajo de investigación fue poniendo enfrente de respuestas a estos mismos cuestionamientos, que lamentablemente no están formulados. Esperemos que una nueva edición la contenga. La falta de un conclusión o cierre del libro, deja pendiente el porqué las FAL tiene la relevancia actual en el estudio de las organizaciones armadas. Varios investigadores, desde diferentes posiciones políticas, han dedicado parte de sus trabajos a ellos. Una conclusión propia a luz de lo que esta expresado en el libro, parecería sugerirnos que su hermético secretismo y su pequeña dimensión inicial, y su lugar destacado por la espectacularidad de sus acciones, siendo de los primeros en aparecer públicamente con acciones directamente armadas, hacen de las FAL un elemento central para explicar el posterior viraje general hacia un accionar armado menos político y cada vez más regido por cuestiones estrictamente militares. Viraje que además acompañaron al unisono muchas agrupaciones políticas en la Argentina en el mismo período. Así esta claro que dar una descripción de estas organizaciones, es dar una discusión política sobre la base del desarrollo teórico que exponga las determinaciones de donde surge el planteo político propio. Por tanto, pretender alejarse de una posición teórica, solo es una formalidad que encubre el reconocimiento de los postulados que están presentes en la propia posición.

Diego Cano

Bibliografía:
Grenat, Stella, Las FAL y la construcción del partido revolucionario en los años ’70. I Jornadas Internacionales de Investigación y Debate Político. “Proletarios del mundo, uníos”. Buenos Aires, del 30/10 al 1/11 de 2008. En:http://www.razonyrevolucion.org/jorn/PONENCIAS%20EN%20PDF/Mesa%203/Grenat-Mesa%203-JINTER.pdf
Grenat, Stella. Una espada sin cabeza. Los antecedentes de FAL (1959-1969). En Razón y Revolución. nro. 13, invierno de 2004. En: http://www.razonyrevolucion.org.ar/textos/revryr/luchadeclases/ryr13-stella.pdf
Grenat, Stella. Dossier: Las causas de la derrota, marzo 1976. Una escoba sin cerebro: la crisis de las FAL. Razón y revolución, nº 15 2006. En http://www.razonyrevolucion.org/textos/revryr/ryr15/ryr15-stella.pdf
Rot, Gabriel, Notas para una historia de la lucha armada en la Argentina. Las Fuerzas Argentinas de Liberación. En Políticas de la memoria, nº 4. Verano 2003/2004. Pág.137 a 160.
Zárate, Gervasio y Camilo, Ciencia y violencia. Teoría y Política, nº 2 marzo abril de 1969.



[1] En varios de los casos Stella Grenat había ya realizado una descripción de las principales acciones de las FAL.
[2] Esta afirmación se basa en la comparación relativa de los integrantes primigenios de las FAL con los grupos que habían pasado, en algunos casos más de dos años, por entrenamiento militar en Cuba.
[3] Gabriel Rot propuso ya una caracterización de los diferentes momentos de las FAL en un texto del año 2003. Stella Grenat en su texto de 2008 describe los grupos de manera pormenorizada.

lunes, 15 de noviembre de 2010

El Che de Bauer. Política, romanticismo y mitificación


El Che de Bauer. Política, romanticismo y mitificación. Comentario a la reciente película Che, un hombre nuevo, de Tristán Bauer.

Acá el link a la Revista Nueva Crónica de noviembre de 2010 donde salio publicada la crítica.


Bienvenida, finalmente, una película que parte de los postulados políticos de Ernesto Guevara. El film Che, un hombre nuevo, estrenado en los cines de Buenos Aires esta semana, tiene la virtud de plantear un relato contundente sobre las posiciones del Che. Internacionalismo proletario, lucha armada como único camino y crítica hacia la política soviética de “coexistencia pacífica” con el denominado imperialismo se destacan de forma explícita como los motivos organizadores de la propia vida de Guevara.

Esta virtud, es decir, poner delante de manera clara e inmediata los fundamentos políticos del Che, presenta el límite de quedarse en simples afirmaciones. La película enfrenta, tal vez de manera desmesurada, aspectos íntimos de su vida con pinceladas de su historia política. Los documentos originales de Ernesto Guevara que la película da conocer por primera vez apuntalan la idea de un Hombre Nuevo. Hay que reconocer que, sobre la base de estos nuevos documentos, la película logra un clima emotivo destacable. Quizás el caso más logrado es el de la lectura de Los Heraldos Negros, de César Vallejo, con la propia voz del Che en off, quien lee a su mujer como despedida antes del viaje a comandar la guerrilla en Bolivia. El film pone de fondo a esta lectura, tensa y triste, una serie de bombarderos e imágenes de guerra —muchas de Vietnam— que muestran la contradicción entre lo personal, intimo y profundo, y lo que sería el motivo político último de lucha de Guevara. Así, se termina presentando una rara mezcla de intimismo y de afirmaciones políticas abstractas.

Sin embargo, esta contradicción entre lo íntimo y lo personal, y el relato histórico de sus posiciones políticas, no solo está no resuelto, sino que la base de este planteo es apuntalar el carácter romántico de Ernesto Guevara, mitificando, en vez de aportar una nueva mirada a su compresión. Veamos el planteo más en detalle.

La promoción de la película resalta esta documentación inédita[1] encontrada por su director Tristán Bauer. Es interesante que dicha información no sea expuesta —aunque sea de manera sintética— respecto de las posiciones políticas que ayuden a explicar el porqué del desenlace que tuvo este proyecto político encarnado por Guevara. Parecería que una nueva película del Che, que se promociona aportando nuevos datos, revelaría algo novedoso; pero no. Los documentos a los que se accedió en Bolivia —desconocidos hasta ahora—, junto con las cartas y documentos personales que el Instituto Che Guevara de Cuba puso a disposición del director, refuerzan su firme voluntad y su capacidad de trabajo incansable, así como acentúan sus atributos personales que harían de él este nuevo hombre. Sin embargo, ninguno de esos documentos aporta información que ayude a desarrollar los argumentos políticos del Che.

La película, por ejemplo, destaca las capacidades de sus realizadores al acceder a los documentos vigilados por el Ejército de Bolivia, cuyos controles habían logrado sortear. Estos nuevos registros son de inmensa relevancia, ya que son reseñas de Guevara sobre libros polémicos, tales como comentarios sobre escritos de Lukács, Trotsky, Lenin y de Fidel. Pero estas reseñas, seguramente de profunda discusión política, solo se mencionan como ejemplo de su capacidad de trabajo. Ni una mención de cuál es su contenido. Dicha capacidad estaría mostrada en que mientras comandaba la guerrilla en plena selva del sudeste boliviano, el Che escribía reseñas de libros. Este mismo argumento está en contradicción con otro presentado en el film. Se hace énfasis en la capacidad de lectura de Ernesto Guevara desde muy corta edad. Sin embargo, resaltar la fuerza individual para hacer semejante tarea desdibuja la importancia política de este esfuerzo. Guevara, convencido de encarnar una potencia histórica de cambio revolucionario, hacía de su voluntad algo forjado a fuego mediante su capacidad de trabajo. No solo leía El Capital, de Karl Marx, para “justificar sus ideas” o para culturizarse, como la película parecería decir. Lo hacía porque sabía que sus propias ideas debían ser sustentadas en el conocimiento interno de las cosas que hicieran más fuerte su accionar político. La película plantearía esta división entre las ideas y la acción que el Che conocía perfectamente y que combatía. Pongamos un ejemplo de esto. Se muestra en el film que el Che tomó apuntes de La Revolución Permanente, de Trotsky[2]. Este era, en esos momentos, un libro prohibido en Cuba por el conflicto que el sector trotskista, seguidor del dirigente argentino J. Posadas, había entablado con las nuevas autoridades cubanas cada vez más cercanas a las posiciones soviéticas encarnadas en el Partido Socialista Popular cubano (PSP). No es menor este dato. El Che leía, mientras dirigía la lucha armada en Bolivia, un Trotsky perseguido por la Unión Soviética. Además, los principales partidos políticos con verdadera representación en los mineros de Bolivia (principal sector obrero del país) se decían seguidores de esta línea política, y —repitamos— este libro había sido “prohibido” en Cuba. La película pasa por alto este dato que pone de relieve el contenido político de sus lecturas. Leía aquello que le ayudaba a pensar cómo mejor desarrollar su idea de la revolución. La película, frente a semejante evidencia, solo parece decir que sus lecturas eran por simple curiosidad intelectual, separando sus propias necesidades de la necesidad política última, que era su motivo impulsor.

Pero, por sobre todo, lo más polémico de la película es lo poco que se dice sobre cómo los lineamientos políticos del Che, ya señalados, contrastaban con los intereses soviéticos y, fundamentalmente, cómo esos mismos intereses se reflejaban en el interior de la estructura política cubana repercutiendo en el futuro del proyecto político del Che. Bauer destaca que los primeros años de la revolución son “años para estudiar y debatir”, parece advertir que se va a afirmar algo polémico. Esto no significa que no se mencione dicha tensión. Todo lo contrario. Se destaca en el film el lugar y conflicto con la Unión Soviética, producto de la negociación de los misiles nucleares instalados en Cuba en 1962. Asimismo, se exhibe el discurso de Argel del Che del 25 de febrero de 1965 con una crítica furibunda a los países socialistas como “cómplices de la explotación imperial”. En la actualidad, la crítica a los soviéticos parece una visión totalmente destacable, produce una afinidad inmediata del público en general, conociéndose hoy los crímenes cometidos y su política de muralla del cambio revolucionario más que impulsor. Pero lo significativo no es lo que afirma el film, sino lo que su afirmación calla. Cuba estaba económicamente muy relacionada con la URSS, por ello, ¿cómo se podía llevar una política en América Latina contraria a los intereses soviéticos de una coexistencia pacífica con los Estados Unidos bajo esas condiciones? Hoy no hay análisis responsable que pueda obviar esta determinación esencial en el resultado del proyecto político de Ernesto Guevara puesto en práctica en Bolivia[3]. No dar cuenta de él no solo evade dar una explicación, sino que ayuda a la mitificación del personaje frente a su altura política incuestionable.

El siguiente ejemplo ilustra este rápido afirmar de lo político bañado por el color intenso de los aspectos íntimos de Guevara. La guerrilla de Ñacahuazú del Che ocupa un lugar relativo bien menor en el film. Es verdad que la película dura dos horas y que quizás la edición y el tiempo seguramente hayan sido tiranos para su director, debido a la dificultad de relatar la vida de un personaje tan intenso en tan poco tiempo. Sin embargo, se repite allí un argumento que, a la luz del propio desarrollo de la película, es por cierto contradictorio. Se afirma que Mario Monje, en ese entonces secretario general del Partido Comunista de Bolivia (PCB), “responde directamente a Moscú”. Pero, seguido a eso, se establece que había asumido compromisos con el proyecto guerrillero que no cumpliría, asestando de esta forma “un duro golpe a la planificación”. ¿El Che desconocía que respondía directamente a Moscú y que eso podría ser contrario a la guerrilla o hubo una evaluación errada por parte de Guevara del apoyo real del PCB? Ninguna de estas preguntas tiene un mínimo signo de verosimilitud. El mismo Che en su diario se encarga de responder este punto: “Como lo esperaba, la actitud de Monje fue evasiva en el primer momento y traidora después. Ya el partido está haciendo armas contra nosotros y no sé dónde llegará, pero eso no nos frenará y, quizás, a la larga, sea beneficioso (casi estoy seguro de ello). La gente más honesta y combativa estará con nosotros, aunque pasen por crisis de conciencia más o menos graves”[4]. El Che esperaba el no cumplimiento del compromiso, asumiendo que la traición era altamente probable. La pregunta que queda flotando es por qué intentó avanzar en ese acuerdo si suponía ese resultado. Esta película no solo no se pregunta nada cercano, sino que plantea un problema equivocado entre una aparente traición del PCB y su grado determinante en el resultado de la guerrilla en Bolivia.

Finalmente, es innegable que la personalidad de Ernesto Guevara lo convirtió en un hombre con los atributos para ser puesto en este lugar de esfuerzo inalcanzable, de valores y de voluntad a toda prueba. La fortaleza de esta película es, de hecho, subrayar las formas de las relaciones personales, de su actitud frente a los desafíos que se le presentaban, de su voluntad de “fierro”. Sin embargo, esta revalorización de sus atributos personales, de la cosa individual a toda prueba, encierra un concepto de lo humano por fuera de su condición, como si encarnara algo ajeno a su propia individualidad. Esta fuerza social que en él se hacía carne es la potencia de la revolución social, del superar esta forma de organización de la vida humana. Este concepto individualista, de la voluntad a pesar de las propias condiciones, es algo que el mismo Che denostaría. La propia acción —obviamente teórico-práctica— de Guevara deja poco espacio para una voluntad por fuera de lo que expresa. Él mismo insistía en la escasa importancia del lugar individual frente al movimiento colectivo. Esta idea, que la película muestra de lo “humano” como una cosa abstracta, en vez de humanizar, mitifica. Esta forma de hombre nuevo separa de manera tajante los conflictos y las necesidades políticas que lo impulsaban interiormente a hacer lo que hacía. Aunque parece unir lo personal y lo político, solo lo separa aún más. Al defender con este concepto de lo humano la figura del Che, se lo aparta de lo que era el eje de su acción, de su política.

El film de Tristán Bauer no tiene más que concluir afirmando el carácter romántico del personaje bajo la cita de una carta del propio Ernesto Guevara. Romantizar, embellecer a un personaje de tal envergadura que de por sí reúne ese carácter, solo encubre la discusión política de su contenido real. La película termina no siendo fiel a la misma actitud del Che, que ellos destacan, de cuestionar todo, de ir a fondo criticando hasta los postulados del mismísimo Lenin (según algunos de los documentos inéditos citados). La principal crítica que se le puede hacer a la película de Bauer es que al romantizar de tal modo al Che Guevara, al mitificarlo, se está yendo en contra del pensar propio, de la capacidad humana de pensamiento crítico, que el Che intentó desarrollar.

Lo que sí demuestra esta película es que, a cuarenta y tres años de su asesinato, la política de Ernesto Guevara tiene todavía mucho para decirnos. El mejor homenaje sería desarrollar un debate siguiendo los términos que él planteaba: una discusión profunda de su política y de su acción concreta, sin mitificarlo.


[1] El caso de la documentación en poder del Ejército de Bolivia es conocido. Esperemos que esta película sirva de presión internacional para que se dé a conocimiento público tan valiosa información. Respecto de la documentación en poder del Instituto Che Guevara, cabría preguntarse cuántos otros datos todavía no se han dado a conocer y cuál es el motivo de este retraso. Una figura pública como la de Ernesto Guevara, de tanta trascendencia, que como bien señala Bauer, “ha marcado la humanidad, y sobre todo a América Latina”, merece una actitud responsable de obligación pública de difundir todos sus escritos.

[2] Ver la lista de libros en Tomo 2 de Carlos Soria Galvarro en http://www.chebolivia.org/. El Che perdió este libro en una mochila en medio de los combates y, por eso, anota en su diario el 31 de Julio: “Se pierden 11 mochilas con medicamentos, prismáticos y algunos útiles conflictivos, como la grabadora en que se copian los mensajes de Manila, el libro de Debray anotado por mí y un libro de Trotsky, sin contar el caudal político que significa para el gobierno esa captura y la confianza que le da a los soldados”.

[3] Lamentablemente, muy pocos trabajos de investigación han abordado de manera profunda esta problemática. Destaco el trabajo de Humberto Vázquez Viaña que aborda en detalle la relación del Partido Comunista boliviano con la URSS y Cuba en torno a la guerrilla del Che en Bolivia. En Vázquez Viaña, Humberto, Una guerrilla para el Che, Historia de la guerrilla del Che en Bolivia, antecedentes, Ed. R. B., Santa Cruz de la Sierra, 2000. Hay nueva edición de Ed. El País, Santa Cruz de la Sierra, 2008.

[4] Corresponde a parte del resumen de enero de 1967 en el diario del Che en Bolivia.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Los conspiradores según Marx

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Les Conspirateurs, par A. Chenu. Karl Marx
Neue Rheinische Zeitung Politisch-ökonomische Revue No. 4, April, 1850. Traducción del inglés de: http://www.marxists.org/archive/marx/works/1850/03/chenu.htm

Diego Cano

La similitud extrema en la forma que toman los grupos que operan en la clandestinidad en la descripción de Marx merece ser estudiada en profundidad. Marx destaca ciertas formas de personalidad, de actitudes cotidianas y del origen social de los conspiradores de la revolución de 1848, que en el análisis, entrevistas, y documentos existentes, guardan una similitud sorprendente con los militantes revolucionarios vinculados a la lucha armada que operaron en la clandestinidad en la Argentina de los ´60 y ´70 (la referencia fue tomada de Ridenti, 139, 2007).
Acá la traducción de los párrafos más relevantes de un texto que merece ser leído con atención.
“Con el desarrollo de la conspiración de proletariado surgió la necesidad de una división del trabajo; los miembros fueron divididos en conspiradores ocasionales, conspirateurs d'occcasion, p. ej. los trabajadores que se contrataron en la conspiración junto a su otro empleo, simplemente asistiendo reuniones y sosteniéndose en la preparación de aparecer en el lugar de asamblea en el mando de los líderes, y los conspiradores profesionales que dedicaron su energía entera a la conspiración y tenían su vida de ello. Ellos formaron el estrato intermedio entre los trabajadores y los líderes, y con frecuencia aún se infiltraron en éste.
La situación social de esta clase determina su carácter entero desde principio mismo. La conspiración de proletariado naturalmente se los permite sólo por el medio limitado e incierto de su subsistencia. Por lo tanto constantemente les obligan a bajar a la conspiración. Un número de ellos también entran en el conflicto directo con la sociedad civil como tal, y aparecen antes los tribunales de policía con un grado mayor o menor de dignidad. Su sustento precario, dependiente en casos individuales más sobre la posibilidad que sobre su actividad, sus vidas irregulares cuyos puertos de escala sólo fijos son las tabernas del marchands de vin - los sitios de cita de los conspiradores - su conocido inevitable con toda clases de personas dudosas, los coloca en aquella categoría social que en París saben como la boheme. Estos bohemios democráticos de origen de proletario - allí son también los bohemios democráticos de origen burgués, holgazanes democráticos y piliers d'estaminet - son por lo tanto trabajadores que han dejado su trabajo y tienen como una consecuencia las características como si hubieran surgido del lumpenproletariado, y traen todos los hábitos disolutos de aquella clase con ellos en su nuevo modo de vivir. Uno puede entender como en estas circunstancias la justicia lo encuentra implicado en prácticamente cada prueba de conspiración. El modo de vivir entero de estos conspiradores profesionales tiene un carácter el más decididamente bohemio. Reclutando a sargentos para la conspiración, ellos van de marchand de vin a marchand de vin, sintiendo el pulso de los trabajadores, buscando a sus hombres, engatusándolos en la conspiración y poniendo tesoro de la sociedad o sus nuevos amigos al pie la cuenta para los litros inevitablemente consumidos en el proceso. De verdad esto es realmente el marchand de vin [vendedores de vino] que proporciona la base de sus cabezas. Es con él que el conspirador gasta la mayor parte de su tiempo; aquí él tiene su cita con sus colegas, con los miembros de su sección y con reclutas anticipados; aquí, finalmente, tiene las reuniones secretas de secciones (grupos) y líderes de sección ocurren. El conspirador, sumamente optimista en el carácter de todos modos, como todos los proletarios Parisinos, pronto se desarrolla en un absoluto bambocheur en esta atmósfera de taberna continua.
El conspirador siniestro, que en la sesión secreta expone una autodisciplina espartana, de repente se deshiela y es transformado en una taberna regular quien cada uno sabe y quien realmente entiende como disfrutar de su vino y mujeres. Esta convivencia es intensificada por los peligros constantes, el conspirador es expuesto; en cualquier momento pueden llamarle a las barricadas, donde él puede ser matado; en todo momento el juego de policía hace caer en la trampa para él que puede entregarlo a la prisión o aún a las cocinas de a bordo. Tales peligros constituyen la verdadera especie de su comercio; mayor la inseguridad, más del conspirador se apresura para agarrar los placeres del momento. Al mismo tiempo la familiaridad con el peligro lo hace completamente indiferente a la vida y la libertad.
Él está tan en casa en la prisión como en la tienda de vino. Él está listo para la llamada a la acción cualquier día. La imprudencia desesperada que es expuesta en cada insurrección en París es presentada con precisión por estos conspiradores veteranos profesionales, el hommes de golpes de principales. Ellos son estos que lanzan y mandan las primeras barricadas, que organizan la resistencia, conducen el saqueo de tiendas de armas y el asimiento de armas y las municiones de casas, y en medio del levantamiento realizan aquellas incursiones atrevidas que tan a menudo el tiro el partido de gobierno en la confusión. En una palabra, ellos son los oficiales de la insurrección.
Esto necesita ser añadido, estos conspiradores no se limitan a la organización general del proletariado revolucionario. Esto es con precisión su negocio para esperar el proceso de desarrollo revolucionario, traerlo artificialmente al punto de crisis, lanzar una revolución sobre la espuela del momento, sin las condiciones para una revolución. Para ellos la única condición para la revolución es la preparación adecuada de su conspiración. Ellos son los alquimistas de la revolución y son caracterizados por exactamente el mismo pensamiento caótico y obsesiones ignorantes como los alquimistas de viejos. Ellos saltan en las invenciones que, como se supone, trabajan en milagros revolucionarios: bombas incendiarias, los dispositivos destructivos de efecto mágico, rebeliones que esperan ser aún más milagrosos y asombrosos en efecto como su base son menos racionales.
La característica principal del modo de vivir de los conspiradores es su batalla con la policía, a quien ellos tienen con precisión la misma relación que ladrones y prostitutas. La policía tolera la conspiración, y no tal como un mal necesario: ellos los toleran como los centros que ellos pueden guardar en la observación fácil y donde los elementos revolucionarios más violentos en la sociedad se encuentran, como las forjas de rebelión, que en Francia se ha hecho un instrumento de gobierno bastante como es necesario como la policía ellos mismos, y finalmente como un lugar de reclutar para su propio mouchards [soplón] político.
Tal como los colectores-granuja más útiles, el Vidocqs y sus camaradas, son tomados de la clase de bribones mayores y menores, ladrones, escrocs y fraudulentas quiebras, y a menudo vuelven a su viejo comercio, y con la misma precisión los policías más humildes son reclutados entre los conspiradores profesionales. Los conspiradores son constantemente en su relación con la policía, ellos entran en el conflicto con ellos todo el tiempo; ellos cazan el mouchards, tal como el mouchards los caza. El espionaje es una de sus ocupaciones principales. En nada es asombroso, por lo tanto, que el paso sea corto de ser un conspirador a ser a un espía pagado de policía, con frecuencia es un hecho facilitado por la pobreza y la prisión, por amenazas y promesas.
De ahí la sospecha ilimitada dentro de la conspiración, que completamente ciega a sus miembros y los hace ver mouchards [soplones] en su gente mejor y su gente más de confianza en verdadero mouchards. Esto al que estos espías reclutados entre los conspiradores sobre todo permiten ellos mismo para hacerse complicados con la policía en la creencia honesta que ellos serán capaces de burlarlos, que ellos tiene éxito en el juego de un doble papel un ratito, hasta que ellos sucumban cada vez más a las consecuencias de su primer paso, y que la policía realmente a menudo es burlada por ellos, es evidente. Si, a propósito, tal conspirador sucumbe a las trampas de la policía depende completamente de la coincidencia de circunstancias y más bien sobre un cuantitativo que una diferencia cualitativa en la fuerza de carácter."

Polémica Karl Marx versus Carl Vogt. Política, teoría y acción.


Polémica Karl Marx versus Carl Vogt. Política, teoría y acción.

A fines de 1860 Marx publica un libro denominado Herr Vogt[1], el cual hasta el día de hoy es uno de sus trabajos menos conocidos. Tanto Engels mismo como Wolff[2] y Lasalle, de manera casi inmediatamente posterior a su publicación, han hecho comentarios elogiosos respecto de la calidad y fuerza de su “prueba interna”[3] contra Vogt, de lo “magnífico”[4] del libro, así como “una obra de arte del principio al fin”[5]. Pero por sobre todo, Engels lo considero “el mejor trabajo polémico que hayas escrito, es más simple en estilo que el Bonaparte[6] y más efectivo para lo que fue llamado”[7].

Sin embargo, algunos de sus biógrafos han calificado al libro como un “obstáculo”[8] y otros han mencionado su “importancia política”[9]. En ambos casos, separando un abstracto trabajo teórico o literario (según quien lo nombre) del supuesto trabajo práctico-político de una acción simplemente inmediata. Esta separación no parece evidente en el propio desarrollo de Marx. Por el contrario eso que se presenta como separado aparece en continuidad y unidad, siendo su eje la acción que produce el avance en la conciencia de las determinaciones presentes en cada momento de la acción inmediata.

Herr Vogt entiendo muestra que la acción para Marx era concebida como el reconocimiento de las determinaciones que encierran.

La respuesta a las agresiones de Vogt y el silencio generalizado frente a lo que él consideraba era su primer trabajo que fue La contribución ala crítica de la economía política lo llevan a realizar una obra de carácter literario que demuestre por el propio desarrollo la verdad de sus argumentos. Lo que aparece como una acción inmediata simplemente se podría llegar a decir política, muestra que el contenido de su política sería el avance en una acción con conocimiento de causa.

Los antecedentes inmediatos de Herr Vogt son la elaboración de la Contribución a la Crítica de la economía política en 1859 bajo una permanente polémica con Lasalle. En segundo Marx se hace responsable de un pequeño diario de la emigración alemana Das Volk [El pueblo] en Londres que rápidamente tiene que ser cerrado. Este diario expresa la fuerte discusión e interés de presencia permanente en las posiciones planteadas por la emigración alemana. En tercer lugar, durante todo este período, tanto Marx como Engels colaboraban con temas de actualidad europea para el NewYork Daily Tribune.

En todos estos trabajos de esos años está presente la posición frente a la política europea de Das Volk en la corta vida del diario, y sumado a los artículos intensamente trabajados, pero publicados en un lugar sin tanta incidencia directa en Europa, como es el NYDT en Nueva York.

La polémica con Carl Vogt muestra y potencia aún la idea de marginación de Marx y Engels en la política alemana y europea. Al mismo tiempo, su contracara es que lo devuelve al centro de discusión. No solo Vogt lo había atacado personalmente con una serie de acusaciones, sino que él también representaba cabalmente “toda una línea” opuesta en los que la “prensa liberal” se amparaba en su supuesta conspiración. La respuesta necesitaba mostrar en toda profundidad las “chapucerías de Vogt”, pero para ser tal precisaba desarrollar plenamente las razones por detrás de esta “chapucería”[10], debía mostrar la prueba interna de los argumentos a sostener en la polémica, y la respuesta debía ser tan contundente conteniendo todas las posibles aristas y mostrando los interés últimos detrás de sus argumentos abstractos, para que no quedarán dudas de la fuerza de estos desarrollos. Aunque eso le significará desviar la mirada por más de un año de lo que se le aparecía como lo inmediato que tenía que hacer, el continuar en sus “estudios teóricos”. Por el contrario el responder con toda esta fuerza potenciaba aún más la divulgación de sus futuros trabajos, demostrando ante el público alemán su prestigio ganado hasta ese momento. Si estos objetivos se lograban –como parcialmente sucedió– expresarían un avance en la superación de la conspiración del silencio.

Por tanto, expuesto así, la acción de Marx en la publicación de Herr Vogt es una de carácter polémico en el sentido de enfrentar oponiendo de manera abstracta dos argumentos, pero en el caso de Marx sus argumentos muestran en su coherencia interna como estas formas concretas sobre lo que se polemiza eran simples afirmaciones. Por tanto esta acción para nada es manifestación de una acción abstracta meramente política. No hay tal separación entre el llamado momento del trabajo teórico, y la discusión pública de los mismos. Estos no tienen otra forma de manifestarse que mediada por la constante discusión que muestre por sí su verdad, en sentido de expresión plena de que determinaciones generales están presentes, y las formas particulares en las que aquellas se expresan en cada momento de una acción más concreta e inmediata.


[1] He utilizado para este trabajo la traducción y edición de Editorial Lautaro del año 1947 que es la que circuló en la Argentina. Sin embargo existe otra traducción con más detalle bibliográfico y de edición, aunque tal vez con algunos problemas de traducción, presentada en España en el año 1974 realizada por Carlos Díaz para editorial Zero. Esta traducción fue presentada como primera edición en castellano, aparentemente desconociendo la traducción ya existente de Editorial Lautaro. Agradezco a Pedro Ribas las referencias y su valuación sobre otras traducciones de C. Diaz.

[2] Wilhelm Wolff amigo cercano de Marx a quien dedica El Capital, vivió en Manchester y participó también en la Liga comunista y en el Neue Rheinische Zeitung.

[3] En carta de Lasalle a Marx del 19 de enero de 1861. Ver esta carta en el anexo 18, adjunto.

[4] Ídem.

[5] En carta de Wolff a Marx del 27 de diciembre de 1860. Ver carta en el anexo 17, adjunto.

[6] En referencia al 18 Brumario de Luis Bonaparte de Karl Marx. La edición con mayor cantidad de referencias históricas, y literarias que ayudan a la comprensión del texto, se entiende es la de Nuestra América a cargo del equipo de Víctor P. Giménez.

[7] En carta de Engels a Marx del 19 de diciembre de 1860. Ver esta carta en el anexo 16, adjunto.

[8] “Pero esta polémica fue más bien un obstáculo que un acicate para la obra de su vida, por el gran sacrificio de fuerzas y de tiempo que de él exigió, sin darle nada a cambio, aparte de las grandes desazones que le causó en el seno de su familia”, en Mehring , Franz Carlos Marx. El fundador del Socialismo Científico. Ed. Claridad, agosto de 1943. Pág. 219.

[9] Riazanof destaca que “el lector contemporáneo tienen necesidad de un comentario para comprender todos los detalles, pero apreciará fácilmente la importancia política del panfleto” pág. 103. Una página antes menciona no estar de acuerdo con Mehring ya que este calificaba a Herr Vogt de no utilidad para la causa, y “el error de Mehring se explica por la circunstancia de que nunca participó en el trabajo clandestino”, pág. 101. He encontrado como relevante dentro de los muchos pasajes que Riazanof menciona esta separación que él realiza, entre lo que él denomina trabajo teórico y el trabajo político, en lo siguiente: “Pero Marx no era solamente un filósofo ansiosos de explicar al mundo, era también un revolucionario que quería cambiarlo. En él el trabajo teórico se aparejaba al trabajo práctico”, pág. 51, Riazanof, D. “Marx y Engels (Conferencias…)”. Editorial Claridad.

[10] Expresión de Marx en la introducción de Herr Vogt, edición Lautaro, op. cit. pág.- 16.

sábado, 13 de noviembre de 2010

El ELN en Brasil. Hipótesis: El Che Guevara se vio con Marighella en noviembre de 1966


EL ELN en Brasil. Hipótesis: El Che Guevara se vio con Marighella en noviembre de 1966 en viaje a iniciar la guerrilla en Bolivia

Carlos Marighella es alguien conocido en la Argentina casi exclusivamente por su Mini-Manual de Guerrilla Urbana (http://www.marxists.org/espanol/marigh/obras/mini.htm). La única excepción es la reseña que Gabriel Rot realiza al Mini Manual en el número dos de la Revista Lucha Armada.

Ahí Rot destaca la crítica al foco de Marighella señalando “la necesidad del trabajo sindical combinado con la ocupación de tierras en las extensas áreas rurales futuro lugar de un Ejército de Liberación nacional que sometería las fuerzas regulares del Estado. Tampoco se autoproclamó como un nuevo partido comunista revolucionario, sino que hacía eje en la unidad de todas las fuerzas en una estructura frentista que contribuyera en la consolidación del ELN” (122). Lo interesante de esta referencia es lo que señala pero no dice.

El ELN era el proyecto continental ideado por el Che Guevara y que tenía diversas expresiones en grupos políticos a nivel regional que finalmente confluirían en un accionar coordinado. Poco se conoce que esta extensión del proyecto incluyera también al Brasil. La reseña que Rot realiza pareciera indicarlo.

Sin embargo, hay un dato más que aporta a esta hipótesis que merece ser investigado. En su ruta hacia Bolivia en 1967, de manera sorprendente, por lo menos para mí, el Che Guevara habría pasado tres días en Sao Paulo. Que paso por esa ciudad lo confirma su primer mensaje enviado a la Habana: “Es necesario prevenir que los certificados de vacuna uruguayos necesitan un sello. En Sao Paulo me la quitaron y tuve que sacar otra allí.” (En Carlos Soria, 230, Vol. 2). Paco Ignacio Taibo II asegura que estuvo tres días: “llegará a Sao Paulo el 1 de noviembre […] El día 3 pide una tarjeta turística para Bolivia y viaja a la Paz de nuevo como Mena…”( 606).

Coincidentemente Marighella renuncia a la dirección del Partido Comunista Brasileño en diciembre de 1966, y su crítica esta expuesta en A crise brasilera. Estas críticas venían siendo expresadas por él al interior del partido desde fines de 1965. En 1967, coincidentemente con innumerables cantidad de otros militantes, entrenará militarmente en Cuba y ahí escribe Algumas questoes sobre a guerrilha no Brasil. Funda en febrero de 1968 el ALN (Açao Libertadora Nacional), nombre muy similar al proyecto dado por el Che.

No solo estas coincidencias entre el proyecto del Che Guevara y el de Marighella en el tiempo y en la forma del proyecto. También algunos autores, de manera reciente, han afirmado que ellos habrían tenido un encuentro: "Según confirma Alarcón Ramírez Che Guevara esperaba realmente que hasta diciembre de 1967 la lucha armada irrumpiese simultáneamente en Bolivia, Argentina, Perú, Uruguay, y Brasil donde al pasar por San Pablo, él se había encontrado, según constó, con dos dirigentes del Partido Comunista Brasileiro, Carlos Marighella y Joaquim Camara Ferreira favorables a la lucha armada alrededor de los primeros días de noviembre de 1966 en la residencia del arquitecto Farid Helou." (Moniz Bandeira, 473 y notas 486).

De la misma forma Denisse Rollemberg según uno de los testimonios que recogió para su libro: "Nesta mesma época do possível contato de Che com Brizola, teria havido o encontro de Che, em São Paulo, com Carlos Marighella e Joaquim Câmara Ferreira, dirigentes da ALN. Capitani atesta, ainda, que o foco do Mato Grosso, comandado por Marco Antônio da Silva Lima, e a frente fronteriça tinham a função de manter a ligação com Che e outra frente no norte do Paraná manteria a conexão nas fronteiras". En http://www.historia.uff.br/artigos/rollemberg_apoio.pdf

Coincidentemente con estos testimonios, en 1967 la lucha armada en Brasil se recrudece y se inicia la tentativa de Caporaó. José Caldas da Costa también junto elementos importantes sobre el financiamiento de la guerrilla de Caporaó por parte de Cuba. Este intento guerrillero contaba con cinco hombres entrenados en Cuba que respondían políticamente a Brizola con quienes desde comienzos de los sesenta la Isla había estado coordinando y apoyando sus operaciones.

Este testimonio de Rollemberg, más el comentario de Moniz Bandeira, la operación al mismo tiempo de Caprao realizada por el grupo brizolista, junto con la apreciación del contenido político vertido por Rot sobre el proyecto de Carlos Marighella, aportan indicios fuertes de la existencia —como mínimo— de una coordinación regional de las operaciones, y, como máximo, de un encuentro efectivo en Brasil para efectivizar dicha coordinación entre el Che y Marighella.

Estos indicios por ser tales son simplemente una hipótesis, que más testimonios o documentos deberían sustentarlos.


Bibliografía

Caldas da Costa, José. Caparaó, a primeira guerilha contra a ditadura. Editorial Boitempo. 2007

Nova, Cristane, y Nova, Jorge “Carlos Marighella. O homen por tras do mito” Editora UNESP. 1999

Sitio de Carlos Marighella http://www.carlos.marighella.nom.br/

Moniz Bandeira, De Martí a Fidel, la Revolución cubana y América latina, Ed. Norma. 2008

Ridenti, Marcelo, Esquerdas armadas urbanas. 1964-1974. En Historia do Marxismo no Brasil. Volumen 6. 2007

Rot, Gabriel, Notas sobre el autor. Revista Lucha Armada. Pág. 122 Número 2, 2005.

Rollemberg, Denisse, O apoio de Cuba à luta armada no Brasil: o treinamento guerrilheiro. Mimeo. 2003. En http://www.historia.uff.br/artigos/rollemberg_apoio.pdf

Soria Galvarro, Carlos, El Che en Bolivia, documentos y testimonios, Ed. La Razón, La Paz, Cinco Tomos, septiembre de 2005. En http://www.chebolivia.org/

Taibo II, Paco Ignacio. Ernesto Guevara también conocido como El Che. Editorial Planeta. 2003.