martes, 17 de agosto de 2010

Expulsiones en el PCA en los sesenta, tensiones con la política guerrillera

La revolución cubana trajo nuevos bríos a la política comunista de la Argentina. El Partido Comunista vivirá años de intensa tensión interna frente a la política cubana de fomentar las acciones guerrilleras en América Latina. La permanente fricción entre las partes, nunca fue lo suficientemente fuerte como para romper relaciones. Cuba abogaba e incentivaba a todo joven comunista que viera con buenos ojos ésta política, y el PCA hacia lo imposible por obstaculizarla [1].

La juventud comunista era la más afectada por estas tensiones, ya que era "naturalmente" más afín a las posiciones radicalizadas de la Isla. Desde principios de los sesenta el drenaje de partidarios del PCA será permanente. Muchos de ellos serán figuras prominentes de la llamada “nueva izquierda”. Hoy suena hasta gracioso la forma de llamarlo como “fraccionistas” que el PCA supo denominar aquellas expulsiones. Estas se justificaron a través de la utilización de un argumento burocrático instaurado —justamente— en el XII Congreso del PC que es el estatuto del partido de 1963. En el estatuto se establecían medidas disciplinarias, y además establecía criterios rígidos para la relación de los militantes con los expulsados. Así parecían ponerle un dique a las intromisiones políticas favorables a las acciones armadas en mayor cantidad de militantes.

Muchos entrarán en esta categoría. Entre algunos otros podemos señalar las rupturas del grupo que iría a conformar Pasado y Presente. La expulsión de Juan Carlos Portantiero, Osvaldo Bayer[2] y otros, donde menciona el siguiente motivo: “expulsado por su labor antipartidista y fraccionista”(la foto adjunta pertenece a esa expulsión). La de Juan Gelman quien según el diario partidario “ha sido expulsado del Partido, por la indigna actitud de haber desertado de las mismas”[3]. La de Eduardo Jozami, Emilio Jauregui, y —en algunas oportunidades mencionado en el diario partidario— de Andrés Rivera, que el 17 de febrero y el 27 de mayo de 1965 son fuertemente atacados por su disidencia en el Congreso de Prensa. También las expulsiones de Carlos Brocato y José Luis Mangieri: “en resguardo de elementales principios de salud pública”[4] después de sus tres primeros números de la Rosa Blindada. En la revista Rosa Blindada irían a escribir varios ex militantes del PC que irían a entrenar en Cuba en el año 1967, Antonio Caparros, Carlos Olmedo y Oscar Terán. Además en números posteriores del año 1966, aparecerán artículos de Debray y el Che Guevara.

Quizá la más significativa por la cercanía, y por la participación activa en el proyecto guevarista, es la de Alfredo Helman y Alejo Levenson “por sus actividades fraccionistas”[5].El ser expulsados por fraccionista, y hacerlo público en el diario del Partido en plena dictadura militar de Onganía, tendría como consecuencia el ser identificados por las fuerzas represivas que seguramente conocían las tensiones partidarias y después del EGP y la voladura de la calle Posadas en 1964, conocían bien las operaciones favorables a las acciones armadas.

La explicación de estas tensiones entre Cuba y el PCA, su desarrollo y desenlace, merece una exposición más extensa en la que me encuentro trabajando actualmente.


[1] Agradezco al CEDINCI el acceso a los números de Nuestra Palabra de 1963 a 1968.

[2] Hay muy poco conocimiento de esta militancia partidaria de Osvaldo Bayer y de su expulsión en el mismo momento que Portantiero.

[3] Nuestra Palabra 16 de septiembre de 1964

[4] Nuestra Palabra 14 de abril de 1965

[5] Nuestra Palabra, 6 de diciembre de 1966

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