jueves, 26 de agosto de 2010

Un nuevo comentario a la traducción de Manuel Jiménez Redondo de la Fenomenología del Espíritu

“Pero la contradicción contra un determinado sistema filosófico en parte no suele entenderse a sí misma de este modo, y en parte también la conciencia aprehendiente no sabe por lo general liberar a esa contradicción de su unilateralidad, y, en esa forma de momentos en disputa y de momentos que parecen descartarse unos a otros, reconocer momentos que son necesarios”[1]

La nueva traducción de la Fenomenología del Espíritu de Hegel de Manuel Jiménez Redondo desató gran debate ni bien salió publicada en el 2006. Basado en una nueva lectura en marcha de la Fenomenología con esta traducción, intentare señalar algunos comentarios críticos adicionales que aporten al debate.

Lo primero que hay que señalar, y reforzar, es el festejar todo nuevo avance en el conocimiento de la obra de Hegel que ayude a otros a apropiarse de sus trabajos de manera plena. Hegel, sigue siendo tratado como un perro muerto, más aún en la discusión intelectual en castellano. Por eso no cabe más que dar la bienvenida a esta nueva traducción de Manuel.

La traducción se propone expresamente facilitar la lectura con gran cantidad de notas, aclaraciones, y formas alternativas de traducción, que definitivamente cumplen con su objetivo. Parte de las críticas ha sido cierta posible desmesura en la interpolación de corchetes del traductor el cual debería haber aclarado que es una traducción con glosas. No me parece que sea un criterio valido, ya que explícitamente se ha dicho que ese era la intención del traductor de realizar una lectura de corrido y amena. Al contrario entiendo que el problema no es el exceso o la justeza de cantidad de corchetes los cuales brindan elementos para poder acompañar el texto en su fluidez, sino el eludir ciertas discusiones respecto de términos claves no solo en la obra de Hegel sino en todo el todo el pensamiento posterior.

Voy a poner dos casos que por su relevancia ponen esto con suficiente evidencia. Es bien sabido que la traducción e interpretación del término aufheben ha tenido mucha discusión, y a la vez es un término clave en el desarrollo hegeliano. Jiménez Redondo le dedica una extensa nota (74, pág.949 y 950) ha explicitar su criterio de usar dos palabras “suprimido y superado [aufheben, cancelado]”. El traductor usa de referencia el criterio utilizado por Zubiri que ha decidido traducirlo por cancelado. Él mismo aclara al lado de la palabra alemana el término. Sin embargo, Hegel mismo había señalado la particularidad y capacidad que el lenguaje alemán tiene para el pensamiento especulativo. Jiménez Redondo menciona que “Hegel lo explica en un pasaje de la Ciencia de la Lógica” (pág. 950). Lo que no hace es citar con precisión que pasaje y que Hegel destaca que un mismo término reúne esta capacidad de manifestarse como contradictorio encerrando lo ya desarrollado y eliminado que a la vez lo contiene. Hegel dice: “La palabra Aufheben tiene en el idioma alemán un doble sentido: significa tanto la idea de conservar, mantener, como al mismo tiempo, la de hacer cesar, poner fin. El mismo conservar ya incluye en sí el aspecto negativo, en cuanto se saca algo de su inmediación y por lo tanto de una existencia abierta a las acciones exteriores, a fin de mantenerlo. De este modo lo que se ha eliminado es a la vez algo conservado, que ha perdido sólo su inmediación, pero que no por esto se halla anulado”[2]. El obviar esta referencia bien concreta de Hegel mencionadola como un solo pasaje, y referenciándose simplemente en el criterio de Zubiri, que además esta explícitamente aclarado en sus corchetes, pierde la riqueza del término que el propio Hegel supo darle.

Más significativo aún es la no explicitación del criterio utilizado para el término Entfremdung La traducción de Jiménez Redondo coloca dos palabras donde Hegel solo menciona una, “extraña y aliena”[3] donde utiliza simplemente Entfremdung[4]. Esas dos palabras cubren el sentido de una palabra en el original en alemán. Pareciera ser que el criterio es poner las dos palabras para reforzar el sentido castellano, pero así se borra la especificidad del concepto sobre el cual hay cierto criterio establecido que se traduciría como alienación. Si para Jiménez Redondo la traducción de alienación no alcanzaba debería contener alguna aclaración al respecto que no está presente. Si para él era necesario separarlo en dos palabras debería estar el porqué. Alienación según la Real Academia Española tiene como segunda acepción “ [el] Proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición. Pasar o transmitir a alguien el dominio de algo o algún otro derecho sobre ello.” La cual parece cumplir bastante bien con el sentido que Hegel usa Entfremdung. El problema de separar en dos palabras ese término encierra la posibilidad de que se interpretado como dos cosas separadas. El extrañarse por fuera, y la alienación como cosa interior de la conciencia.

Obviamente que estos criterios de estos dos términos son discutibles, y no necesariamente se tiene que estar de acuerdo, pudiendo sostener una argumentación en contrario. Lo que sí tiene que tener una traducción de una obra de la significancia de La Fenomenología para el conocimiento científico, es la explicitación de los argumentos que se sostiene para semejante decisión.

Y aquí me parece que viene el problema central de esta traducción. ¿Es posible realizar hoy con todos los elementos que la tecnología nos pone a disposición, y con el material ya existente de otras traducciones anteriores, una traducción no critica de la obra? Definitivamente es posible, de hecho esta traducción es eso: una traducción que directamente ha ignorado las traducciones anteriores. Efectivamente la obra de Wenceslao Roces es una traducción perfectible. Seguramente en ello radicará el éxito de esta nueva traducción, pero ¿se puede simplemente descartar o cancelar su avance con respecto a volcar la obra de Hegel al castellano? Entiendo que este es el problema más grave que contiene esta nueva traducción de Manuel Jiménez Redondo. Aunque no simplemente se ignora el trabajo de Roces, directamente no existe —por ejemplo—la traducción que Alfredo Llanos publicó en 1991 en la Argentina[5], el cual explicitó un glosario de términos con una interpretación particular, discutible, pero explicitada de los criterios claves de la obra hegeliana. ¿Se puede también obviar el trabajo que ha hecho, no ya un latinoamericano, sino otro español como José María Ripalda en su traducción de Filosofía Real? Mi respuesta a estas preguntas esta evidente, esta traducción al directamente descartar todo el desarrollo realizado hasta el momento cercena su propia capacidad de facilitar al lector el avance en la capacidad de apropiarse la obra, se queda en la unilateralidad. Definitivamente este trabajo de una nueva traducción crítica de la Fenomenología va a quedar como una tarea pendiente para las nuevas generaciones, que seguramente tomaran la traducción de Jiménez Redondo como un elemento central en este trabajo.

Dos comentarios menores de forma. El libro tiene la dificultad de que se ha convertido con esta edición en algo bastante voluminoso. Ese no sería un problema si se pudiera manipular con relativa facilidad. Pero la misma forma de armado del libro, directamente pegado con una calidad baja, hace que rápidamente las hojas comiencen a despegarse, dificultando la lectura y su manipulación. Por ejemplo, el prefacio me acompaño durante toda una semana en hojas sueltas, ya que el permanente ir y venir de un texto de la densidad de la Fenomenología, hace que tenga un manoseo mayor de lo normal. Pero sin embargo este no es el más significativo problema de la edición. El mayor problema lo presentan la forma de exponer conjuntamente las modificaciones de Hegel con las notas al final del volumen. Si las notas tienen el objetivo de facilitar la lectura, la presencia de las notas al final de un libro tan voluminoso lo dificultan seriamente. Las notas usualmente son presentadas al final de los textos, pero el gran tamaño y la baja calidad del pegado hacen que el acceso se dificulte en extremo a los significativos comentarios, y referencias de lecturas, adicionados por el traductor. Y lo más relevante, es esta mezcla de notas de traductor con modificaciones del autor, principalmente en los primeros capítulos. Estas modificaciones podrían haber estado a pie de página, ya que son un nuevo elemento importante que contiene esta traducción que corresponden directamente a Hegel, y que ayudan (facilitan) al lector apropiarse de la obra.

Para el que quiera tener las referencias del debate sobre esta traducción, ir a:

http://www.pre-textos.com/detallenoticia.asp?id=16

http://www.fondodeculturaeconomica.com/prensaDetalle.asp?art=6892

http://phiblogsopho.blogspot.com/2009/05/polemica-traducir-hegel.html

http://www.jornada.unam.mx/2007/05/20/sem-hegel.html

http://eichikawa.com/2007/05/carta-de-manuel-jimenez-redondo-sobre-las-traducciones-de-la-fenomenologia-del-espiritu-del-fce-y-pre-textos.html

http://filosofiacontemporanea.wordpress.com/2007/08/20/acerca-de-la-nueva-traduccion-de-la-fenomenologia-del-espiritu-de-manuel-jimenez-redondo/


[2] Págs. 97 y 98. Solar Hachette SA traducción Augusta y Rodolfo Mondolfo. Segunda edición 1968. Buenos Aires.

[3] En FEN, pág. 139

[5] Hegel, G.W.F. traducción, notas y glosario de Llanos, Alfredo, Fenomenología del Espíritu. Editorial Rescate. Buenos Aires. 1991.

1 comentario:

Adrian AzzY dijo...


Habia visto y hojeada esta traducción y la dava por muy buena,mas que nada llevado por su precio elevado (100 dloares, 1200 pesos), su volumen, asi como lo elegante de su portada.

Mas en una segunda ocacion,y por cuenta propia pude ver que dejaba llevar por superficialidades, pues el texto contenia inecesarias notas a pie de pagina (que incluso llejaban abarcar dos tres paginas,o bien aclarando muchas veces lo obio), repetia lo mismo atrave de sinonimos,o bien era demasiado reiterativo, y para colmo, lo volvia aclarar en con notas suyas entre corchetes ( no he visto un uso tan incesario de esto en otro libro), diciendo lo que hegel quiso decir pero de otro modo, y muchas veces in justtificar.Algo totalmente distinto a otras traduciones que se caracterisaban por ser mas secas y sin vacilaciones, ni titubeos, lo que me hiso pensar que este traductor solo estaba parafraseando.

Por poner unos ejemplo,los cuales estoy tomando al azar del libro, no son casos aislados:

"El espiritu es contenido de su conciencia, primero en la forma de pura sustncia {o de sustancia pura}" (FF,Trad Manuel Jimenez Redondo,pp863)

¿por que el volteo en el encorchetado?El traductor nunca lo aclara,hacindo una aclaracion que mas bien da pie a la confucion.

"la certeza inmediata no toma para si { o no opta por, no se decide por} lo verdadero ,pero lo que ella querria tomar es el esto {oues que su verdad es lo universal, lo que ella querria agarrar es el esto}"ibid,pp211

En ambos casos lo que viene dentro del encorchetado sobra, no hay necesidad de ello, contrario a lo que dice el traductor en su introduccion, que por cierto encima reta al lector en un mitin publico si cree lo contrario.




Cualquiera que lea dicho texto, si necesidad de saber aleman, e incluso siendo principiante de filosofia puede darse cuenta de uno o varios de los errores dichos arriba,pues la mayoria no deriva de cuestiones filosóficas, o abstractas, si no del sano sentido de la redacción, y la lectura en general.

Si a lo anterior agreggamos, que Si algo caracterisa a la prosa, y forma literal de Hegel, es lo corta y puntiajuda que resulta con tan poco escrito, lo aspero y seco , el como vuelve a referise algo que habia dicho sin necesidad de nombrarlo nuevamente, o bien que dicha frase contenga implictamente lo anteriormente dicho,pero que no es una reiteracion, si no por el contrario , una aclaracion de lo mismo, asi como ( y por consecuencia de lo anterior) su redondez,tenemos entonces una traduccion que no tiene mucho en cuenta la prosa, y ritmo del autor.

Por cierto,luego de notar todo esto, y por que se me hacia arto evidente, me puse a buscar en internet si alguien mas opinaba lo mismo,,y no fue sopresa encontrarme con una o dos tres criticas ( algunas mas duras que otras)que señalaban lo mismo,asi como remarcaban lo poco sincero del traductor.Tambien encontre replicas por parte del autor, pero me parecieron pobres,que no comprendian la critica ( por ejemplo reprocahaba escalante que solo criticaba el capitulo primero, cuando mas bien solo lo tomo de ejemplo), e incluso eran pedantes " usted no es traductor"

Por todo ello, creo que esto solo es un trabajo personalpor parte del auotor para entender a hegel,un ensayo para hacer una traduccion de hegel,pero dista mucho de ser fiel al autor ( la polemica tan llamativa, pocas veces vista, ya es evidencia de ello), y me parece mucho mejor la traduccion de Wenceslao Roces,pese a que sacrifica rigor conceptual en pro de prosa y elocuencia.