martes, 29 de noviembre de 2011

Como no se debe traducir a Marx



Como no se debe traducir a Marx

Escrito en octubre de 1885.
Según: "The Commonweal". Vol. I, Nr. 10, de noviembre de 1885.
procedente del inglés.

Original en http://www.mlwerke.de/me/me21/me21_229.htm.

|229| El primer libro o tomo del Capital de Marx es patrimonio universal, por lo que se hacen traducciones en diferentes idiomas. Aunque es muy bien conocido en círculos socialistas ingleses que por eso se habría preparado una traducción, en breve llegaría a ser publicada bajo la responsabilidad del ejecutor del testamento literario de Marx, no para objetar el derecho de nadie, cuando esta traducción precediera a alguna otra, en tanto que el texto se llegaría a reproducir como bueno y confiable.

Las primeras páginas semejantes a una traducción de John Broadhouse son publicadas en el número de octubre del “To-day”. Digo expresamente que esa traducción está muy ampliamente diferenciada de eso, de ser una reproducción confiable del texto, y por esa razón, porque al Sr. Broadhouse no se lo toma como un traductor de Marx, con las capacidades exigidas para eso.

Para traducir un libro como tal, no basta solo un buen conocimiento del lenguaje literario alemán. Marx emplea con gusto expresiones de la vida cotidiana y giros de conversación dialectales, él acuña nuevas palabras, toma sus comentarios de cada ramo de la economía, sus alusiones proceden de las literaturas de una docena de lenguas, y para comprenderlo se debe ser efectivamente un maestro de la lengua alemana, en forma oral y escrita, y también se debe conocer algo de la vida alemana.

Para ello un ejemplo. Cuando algunos estudiantes de Oxford remaron en una barca para cuatro sobre la calle de Dover, esto significa en relatos de periódicos, que uno de ellos “atrapó a un cangrejo”. El corresponsal londinense del “Kölnische Zeitung” tomó eso verbalmente (textual) e informó confiablemente a su diario, que “un cangrejo había colisionado con el remo de uno de los |230| estudiantes”. Si un hombre, que hace ya largos años vive en medio de Londres es capaz de cometer una equivocación tan ridícula, en cuanto a que se abalanza a una zona desconocida para él mismo, qué se puede esperar de alguien que tiene un conocimiento regular de la escritura alemana y lo utiliza para traducir al escritor alemán más difícilmente traducible? Y como efectivamente veremos, el Sr. Broadhouse es curiosamente enviado a “capturar crustáceos”.

Pero por consiguiente aún es exigido algo más. Marx es uno de los escritores más vigorosos, más expresivos, más significativos y más determinantes de nuestro tiempo. Para reproducirlo debidamente (a Marx), no se debe ser solo un maestro de la lengua alemana, sino también de la inglesa. El Sr. Broadhouse, un hombre de capacidades periodísticas dignas de tener en cuenta, hasta donde se sabe domina solo el inglés, sin embargo encuadra dentro de la respetabilidad literaria convencional. Aquí él se muestra experimentado, pero esta clase de inglés no es la lengua que puede llegar a ser traducida alguna vez en “El Capital”. Un alemán dinámico para “El Capital” exige su reproducción a un inglés dinámico; todos los recursos de la lengua deben llegar a ser utilizados; nuevas expresiones alemanas marcadas requieren sus correspondientes expresiones nuevas en inglés. Pero ahora, en cuanto el Sr. Broadhouse tiene que afrontar una dificultad semejante, le retiran no solo sus recursos sino también su valentía, su bravura. La ampliación más pequeña de su limitado vocabulario y la innovación más pequeña de su inglés usual, cotidiano y convencional lo amedrentan, y antes de que él arriesgue una herejía semejante, reproduce preferentemente el difícil vocablo alemán mediante una más o menos indefinida expresión, la cual no lastime su oído pero oscurezca la opinión del autor; o lo que es peor, que traduzca eso, que ocurre varias veces, mediante una fila entera de diversas expresiones, y a la vez transmita que una expresión técnica debe llegar a ser siempre reproducida con su vocablo correspondiente y apropiado. Así él traduce en el titular del primer capítulo Wertgröße (dimensión de valor o medida de valor) |Wertgröße: en "The Commonweal" en alemán| que es una correcta y exacta expresión matemática, equivalente con “magnitude" o una cantidad determinada, mientras que "extent" puede significar algo distinto. Es lo mismo que la nueva y fácil configuración "labour-time" para Arbeitszeit (jornada laboral) |Arbeitszeit: en "The Commonweal" en alemán| que es demasiado para él, ya que traduce esto mediante 1. "time-labour", esto significa que ante todo, el trabajo es remunerado de acuerdo al tiempo, o que el trabajo que cualquiera eje|231|cuta, sirve a su tiempo represivo junto a su tiempo opresivo o de coacción; 2. "time of labour"; 3. "labour-time" y 4. "period of labour" (Arbeitsperiode (periodo de trabajo) |Arbeitsperiode: en "The Commonweal" en alemán|), bajo eso Marx concibe algo distinto en el 2do volumen. Sin embargo ahora es bien conocido, que la “categoría” Arbeitszeit (jornada laboral) no tiene más disculpas, ya que es una de las más fundamentales del libro completo, para traducirla mediante cuatro diversas expresiones en poco menos que diez páginas.

Marx comienza con el análisis de la mercancía. El primer criterio, bajo el cual se presenta una mercancía, es el de objeto de uso; como tal la mercancía puede ser considerada desde el punto de vista de su calidad o desde el punto de vista de su cantidad.

"Any such thing is a whole in itself, the sum of many qualities or proper-ties, and may therefore be useful in different ways. To discover these different ways and therefore the various uses to which a thing may be put, is the act of history. So, too, is the finding and fixing of socially recognised Standards of measure for the quantity of useful things. The diversity of the modes of measuring commodities arises partly from the diversity of the nature of the objects to be measured, partly from convention."

["Cada cosa semejante es un todo de muchas propiedades y por ende puede ser útil según diferentes sentidos. Esos diversos sentidos y por ende las más variadas formas de uso para descubrir constituye la obra o el hecho histórico. Asi pues el hallazgo de la medida o cantidad social para la cantidad de las cosas útiles. La diversidad de las cantidades de mercancía se origina en parte de la naturaleza diversa de los objetos a ser mensurados, y en parte por la convención (transformación?)."]


Esto es reproducido por el Sr. Broadhouse como sigue:

"To discover these various ways, and consequently the multifarious modes in which an object may be of use, is a work of time. So, consequently, is the finding of the social measure for the quantity of useful things. The diversity in the bulk of commodities arises partly from the different nature" etc.

["Para descubrir estos diversos sentidos y consecuentemente las clases variadas, en las cuales un objeto podría ser útil, es un acto o creación del tiempo. Del mismo modo, consecuentemente , es el hallazgo de la medida social para la cantidad de las cosas usuales o útiles. La diversidad en la medida de las mercancías procede en parte de la naturaleza diversa” etc.]


Junto a Marx se integra al descubrimiento de diversos sentidos útiles de las cosas una parte esencial del progreso histórico; con el Sr. Broadhouse está únicamente el mecanismo del tiempo. Con Marx es aplicada la misma valoración de la fijación de la medida histórica general. Con el Sr. B[roadhouse] subsiste aún un “mecanismo del tiempo” en el “hallazgo de la medida histórica para la cantidad de las cosas útiles”, para la medida de la especie, dela que seguramente Marx nunca se ha ocupado. Y Broadhouse entonces con eso concluye que él considera de manera errónea la Maße |Maße (medida): en "The Commonweal" en alemán| (measures) para Masse |Masse (medida): en "The Commonweal" en alemán| (bulk) y a través de eso Marx engancha uno de los más lindos crustáceos, los cuales fueron atrapados alguna vez.

Marx dice nuevamente:

"Use-values form the matenal out of which wealth is made up, whatever may be the social form of that wealth"

["Valores de uso generan el contenido material de la prosperidad, la cual siempre sería su forma social"]


(la forma especifica de la apropiación, en la cual él es tomado y repartido en posesión).

El Sr. Broadhouse traduce:

"Use values constitute the actual basis of wealth which is always their social form",

["Los valores de uso constituyen la verdadera base del la prosperidad, la cual es siempre su forma social"]


O lo que es una banalidad pretenciosa o un sin sentido atroz

El segundo aspecto, bajo el cual se presenta una mercancía es el valor de cambio. Todas las mercancías son, unas contra otras intercambiables, en determinadas, permanentes y cambiantes proporciones, y que ellas tengan valor de cambio, encierra el hecho de que ellas contienen algo, que es común a todas ellas. Yo paso por alto la especie desordenada, en la que el Sr. Broadhouse reproduce aquí una de los más finos análisis del libro de Marx, y enseguida omite la situación donde Marx dice:

"This something common to all commodities cannot be a geometrical, physical, chemical or other natural property. In fact their material properties come into consideration only in so far as they make them useful, that is, in so far as they turn them into use-values."

["Esto general, colectivo, no puede ser una propiedad geométrica, fisica, quimica o habitualmente natural de las mercancias. Sus propiedades físicas, ante todo, son solamente consideradas, por lo que ellas mismas se vuelven aprovechables, es decir con valores de uso."]


|233| Y él continúa:

"But it is the very act of making abstraction from their use-values which evidently is the characteristic point of the exchange-relation of commodities. Within this relation, one use-value is equivalent to any other, so long as it is provided in sufficient Proportion."

["Pero por otro lado es precisamente la abstracción de sus valores de uso lo quepor lo visto caracteriza el comportamiento de cambio de las mercancías. Dentro de los mismos rige un valor de cambio como precisamente cualquier otro, cuando el mismo solo está disponible en una proporciónconveniente."


Ahora el Sr. Broadhouse:

"But on the other hand, it is precisely these use-values in the abstract which apparently characterise the exchange-ratio of the commodities. In itself, one use-value is worth just as much as another if it exists in the same proportion."

["Pero por otra parte están estos valores de uso abstractos, los cuales evidentemente caracterizan la proporción de cambio de las mercancías. Un valor de uso es exactamente valioso para si como para otro, si el mismo está disponible en la mismaproporción."]


De esta forma, el Sr. Broadhouse se permite decir de Marx exactamente lo contrario de lo que éste realmente dice, ha prescindido de pequeños errores. Para Marx, la característica de las condiciones de intercambio de las mercancías es el hecho de que están totalmente abstraidas por sus valores de uso, que son consideradas, como si ellas no tuvieran en absoluto una valor de uso. Su intérprete le permite decirle a él que la característica de la proporción de intercambio (de la cual aquí no se habla) sería exactamente su valor de uso, tomada solo como “abstracta”! Y entonces, él reproduce de la oración de Marx, nuevamente algunas líneas: “Como valores de uso, la mercancías son, ante todo, de diversa calidad; como valores de cambio ellas pueden ser solo de diversa calidad, ya que el valor de uso no contiene átomo alguno”, ni abstractos ni concretos. Queremos ciertamente preguntar: “Tú entiendes, lo que estás escuchando?”.

A esta pregunta es imposible responder afirmativamente, cuando comprobamos que el propio Sr. Broadhouse reitera permanentemente como nuevo un concepto falso. Luego de la frase precisamente citada, Marx continúa;

"Now, if we leave out of consideration" (that is, make abstraction from) "the use-values of the commodities, there remains to them but one property: that of being the products |234| of labour. But even this product of labour has already undergone a change in our hands. If we make abstraction from its use-value, we also make abstraction from the bodily components and forms which make it into a use-value."

["Ahora se prescinde del valor de uso de los cuerpos sólidos de las mercancías”(esto significa, abstraerlas de eso), "así permanece solo una propiedad para ellas, la de los productos del trabajo. No obstante, ya nos es transformado en la mano también el producto del trabajo. Nos abstraemos de su valor de uso, pues nos abstraemos también de los componentes sólidos y las formas, los cuales lo convierten o conducen a un valor de uso ."]


Esto es reproducido por el Sr. Broadhouse, como sigue en inglés:

"If we separate use-values from the actual material of the commodities, there remains" (where? with the use-values or with the actual material?) "one property only, that of the product of labour. But the product of labour is already transmuted in our hands. If we abstract from it its use-value, we abstract also the stamina and form which constitute its use-value."

["Si separamos el valor de uso del verdadero material de las mercancías, en ese caso subsiste, permanece” (donde? en los valores de uso o en el verdadero material) "solo en una propiedad, la del producto del trabajo. Pero el producto del trabajo ya es transformado en nuestras manos. Si loabstraemos de su valor de uso, abstraemos tambiénsu sustancia y la forma, las cuales constituyen suvalor de uso."]


Marx nuevamente:

"In the exchange-relation of commodities, their exchange-value presented itself to us ss something perfectly independent of their use-values. Now, if we actually make abstraction from the use-value of the products of labour, we arrive at their value, as previously determined by us.

["En el comportamiento de intercambio de las mercancías mismas se nos aparece el valor de intercambio de ellas como algo independiente de sus valores de uso. Ahora se abstrae realmente del valor de uso del producto del trabajo, así se logra el valor de ellas, como él exactamente lo ha determinado."]


El Sr. Broadhouse lo dice como sigue:

"In the exchange-ratio of commodities their exchange-value appears to us as something altogether independent of their use-value. If we now in effect abstract the use-value from the labour-products, we have their value as it is then determined."

["En la proporción de intercambio de las mercancías se nos aparece su valor de cambio como algo completamente independiente de su valor de uso. Si ahora efectivamente abstraemos el valor de uso en relación a los productos del trabajo, tenemos el valor (de las mercancías), como él lo determina a continuación."]


|235| Acerca de eso no existe ninguna duda. El Sr. Broadhouse nunca se codeó con cualquiera de las otras especies de abstracción como que no fuera con las reales, algo así como la abstracción del dinero de su caja común o de su caja fuerte. Para el traductor de Marx, llegar a equiparar abstracción y sustracción, es algo que no tiene perdón.

Todavía un ejemplo de la tergiversación del sentido alemán en el sinsentido inglés. Una de las más excelentes revisiones de Marx es el descubrimiento del doble carácter del trabajo. El trabajo, considerado como formador del valor de uso, es de distinto carácter y tiene otras propiedades en si que el trabajo mismo, como formador del valor. Uno es trabajo de tipo específico: hilados, tejidos, arados, etc.; el otro es el carácter generalizado del hecho humano productivo, al cual es propio el hilado, el tejido, el arado, etc., y todos ellos se agrupan bajo un concepto general. Uno es trabajo concreto, el otro es trabajo abstracto. Uno es trabajo en el sentido técnico, el otro en el sentido económico. Finalmente – puesto que el idioma inglés tiene expresiones para ambos – uno es work para marcar la diferencia con labour; el otro labour es para marcar la diferencia con work. Luego de este análisis, Marx continúa:

"Originally a commodity presented itself to us as something duplex: use-value and exchange-value. Further on we saw that labour, too, as far as it is expressed in value, does no longer possess the same characteristics which belong to it in its capacity as a creator of use-value."

["Originalmente la mercancía se nos muestra como una dualidad o una contradicción: valor de uso y valor de intercambio. Más tarde también se muestra que el trabajo, tengo entendido que es expresado en valor, no posee más las mismas características, las cuales corresponden a él (al trabajo) como formador de los valores de uso."]


Herr Broadhouse will unbedingt beweisen, daß er nicht ein Wort der Marxschen Analyse verstanden hat, und übersetzt den obigen Satz wie folgt:

El Sr. Broadhouse evidenciará de manera categorica que no ha entendido una palabra del análisis de Marx y traduce la frase de arriba indicada tal como sigue:

"We saw the commodity at first as a compound of use-value and exchange-value. Then we saw that labour, so far as it is expressed in value, only possesses that character so far as it is a generator of use-value."

["Al comienzo vimos la mercancía como unafórmula o composición del valor de uso y el valor de intercambio. A continuación vimos que el trabajo, tengo entendido que es expresado en valor, solamente cuando posea esta característica, que es formador del valor de uso."]


Cuando Marx dice "Weiß" (blanco), el Sr. Broadhouse no comprende porque él no deseaba traducir "Schwarz" (negro).

|236| Pero es bastante esto. Queremos algo más de diversión. Marx dice: “En la sociedad burguesa predomina el fictio juris |una ficción del derecho|, de que cada hombre posee un conocimiento mercantil enciclopédico como cliente de mercancías”. Si bien ahora la Ausdruck Civil Society (sociedad civil de la palabra) |bürgerliche Gesellschaft| (sociedad burguesa) es 100% inglesa y la "History of Civil Society" de Ferguson tiene más de 100 años, el Sr. Broadhouse no creció bajo esa expresión. Él lo traduce con "amongst ordinary people" |unter gewöhnlichen Menschen| (bajo gente común u ordinaria) y hace transitar a la oracion al sinsentido. Pues es exactamente la "ordinary people", la que murmura permanentemente sobre eso, de que ellos son engañados por el minorista, etc., porque ellos no conocen la naturaleza y el valor de las mercancías que deben comprar.

La producción de un valor de uso (Herstellung |Herstellung: en "The Commonweal" en alemán|) es reproducida mediante "the establishing of a use-value" |Die Festsetzung eines Gebrauswerts| (la fijación de un valor de uso). Cuando Marx dice: “Esto se logra con poco trabajo para convertir el carbón en diamante, así su valor puede caer debajo de los ladrillos.” El Sr. Broadhouse, probablemente no le es sabido que el diamante es una forma alotrópica del carbono, que transforma carbon en coque. En forma similar, él convierte la "total yield of the Brazilian diamond mines" |"Gesamtausbeute der brasilischen Diamantgruben" (ganancia general de las minas de diamante brasileras)| en "the entire Profits of the whole yield" |"Die Gesamtprofite der ganzen Ausbeute" (las ganacias generales del beneficio total)|. "The primitive communities of India" |"die altindischen Gemeinden" (los viejos ayuntamientos de la India)| llegan a ser según su criterio "venerable communities" |"ehrwürdigen Gemeinden" (ayuntamientos sagrados)|.

Marx dice:

"In the use-value of a commodity is contained" (steckt, which had better be translated: For the production of the use-value of a commodity there has been spent) "a certain productive activity, adapted to the peculiar purpose, or a certain useful labour."

["Se mete en el valor de uso de cada mercancía" (steckt, lo que mejor se debería haber traducido es: “Ha sido gastada para la producción del valor de uso de una mercancía”). "un hecho productivo, adecuado y determinado o un trabajo beneficioso."



Herr Broadhouse debe decir:

"In the use-value of a commodity is contained a certain quantity of productive power or useful labour"

["En el valor de uso de una mercancía se introduce una cantidad determinada de fuerza productiva o trabajo beneficioso"]


y no trata solamente cualidad y cantidad, sino trabajo productivo, el cual fue gastado en fuerza productiva, la cual debió ser gastada primero.

|237| Pero es suficiente. Yo podría presentar el quid de los ejemplos adjuntos, para demostrar que el Sr. Broadhouse no es bajo ningún punto de vista, el hombre capacitado y apropiado para la traducción de Marx, y en particular por eso, porque él de ningún modo parece saber lo que realmente significa un trabajo científico meticuloso.(1)

Friedrich Engels


Notas al pie de Engels

(1) A partir de lo dicho más arriba es evidente que “Das Kapital” no pertenece a la clase de libros que pueden llegar a ser traducidos sobre una base de acuerdo. El trabajo de traducción se halla en las mejores manos; no obstante no les resulta posible a los traductores llegar a utilizar el tiempo completo para esto. En esto radican las causas por la demora de la edición. Pero si tampoco puede llegar a ser vaticinado el momento exacto de la aparición, podríamos decir con certeza que la edición inglesa se encontrará en manos del público en el transcurso del año próximo.

lunes, 31 de octubre de 2011

Marinos Gallegos en el Gulag


Nota del Suplemento Estela del diario Faro de Vigo
13 AÑOS “RETENIDOS” EN LOS CAMPOS SOVIÉTICOS ODISEA EN LA ESTEPA

http://medias.farodevigo.es/documentos/2011-11-30_DOC_2011-10-30_21_00_48_estela.pdf

viernes, 14 de octubre de 2011

Arico y el Che. Notas a un artículo de octubre 1987


Arico y el Che. Notas a un artículo de octubre 1987

Este 9 de octubre se cumplieron cuarenta y cuatro (44) años del asesinato de Ernesto Guevara en Bolivia. Todavía resta por decirse mucho respecto a su proyecto para la Argentina. José María Arico no fue ajeno a él sino parte relevante. Este artículo confirma el encuentro entre ambos y la participación activa del grupo Pasado y Presente en la guerrilla del EGP. Sin embargo, más allá inclusive de que se haya plasmado en diversos escritos la participación en el proyecto de Masetti del grupo, y de la ya famosa discusión de Del Barco sobre la responsabilidad frente a las muertes, poco se ha discutido sobre su real participación. La nota reproducida a continuación de octubre de 1987 de la contratapa de la Revista Ciudad Futura, trae una posición y confirma la existencia de esta reunión entre Ernesto Guevara y José Arico en julio de 1965 en Cuba. El contenido de esa charla quedara sin develarse, aunque algunas conclusiones pueden sacarse de este artículo veintidós años después. El eje que puede ponerse en debate de esta artículo es que Arico consideraba la “guerrilla rural podía ser una perspectiva de lucha válida” antes de esa reunión. Sus argumentos habrían tratado de convencerlo al Che de lo contrario. Cabe preguntarse si ese fue el efectivo eje de la charla de 1965 o solo una interpretación de la estrategia del Che. En este sentido parecería que la estrategia consistía más en ir creando, en forma progresiva, un núcleo armado para operar en las zonas rurales, que la estricta “guerrilla rural” mencionada por Arico, más parecida a la construcción de la idea de foco, divulgada de forma caricaturesca posteriormente. Este planteo que subestima la importancia estratégica de la guerrilla rural, planteada como una condición para la formación de un ejército revolucionario, es descartado de plano. Sin embargo, la aseveración de que “ni las lecciones a extraer de una guerrilla que desconocía hasta el extremo de lo farsesco la realidad de un país complejo”, y el no necesitar “de los hechos para validarse”, parece ser una crítica feroz, rápida, y no del todo justa para con, inclusive, su propia posición y apoyo al inicio de la lucha armada en Argentina. Sin dudas este texto es un ajuste de cuentas con una experiencia y un apoyo, el que Pasado y Presente y José Aricó mismo dieron al proyecto de lucha armada en Argentina. La importancia de este texto es, como se verá, en que funda toda una línea sobre como pensar y debatir a Ernesto Guevara y a la lucha armada en la Argentina. Sería hora de someterlo a discusión.

Bibliografía.
Burgos Raúl. Entre Gramsci y Guevara: Pasado y Presente y el origen de la concepción armada de la revolución en la ideología de la nueva izquierda Argentina de los años sesenta, pág. 19 a 27. En Política, violencia, memoria. Génesis y circulación de las ideas en la Argentina de los años sesenta y setenta. Hector Schmucler compilador. Ediciones Al Margen. 2009.
Carta de Oscar del Barco en http://www.elinterpretador.net/15CartadeOscarDelBarco.htm
Rot, Gabriel, Los orígenes perdidos de la guerrilla en la Argentina. La historia de Ricardo Masetti y el Ejército Guerrillero del Pueblo. Ediciones El Cielo por Asalto. Argentina. 2000.

A veinte años de la muerte del Che La sed absoluto José Aricó Revista La Ciudad Futura número 7, octubre de 1987 página 32.
¿Cómo recuerdo ese funesto día de octubre? Con tristeza, con profunda tristeza y desasosiego. No siquiera indignación, poseído como estaba por la certeza de que se cumplía un hecho inevitable, una muerte anunciada. Los diarios lo atestiguaban y aunque el gesto instintivo de negar lo irreparable intentaba introducir alguna duda, sabía que era verdad, que no podía ser de otro modo. El Ché sólo podía terminar sus días así, en algún lugar de América peleando hasta el final por lo que creía justo. Esa era la dirección que impuso a su vida y no podía admitir ninguna otra; quiso ser el símbolo de un espíritu que no debía consumirse y lo logró, porque no le estaba permitido ser distinto. Esto yo lo sabía; lo sabía desde el momento en que una radiante noche de julio de 1965 lo conocí en el Ministerio de Industrias y hablé largas horas con él. Ya se había extinguido la guerrilla de Masetti y con ella la creencia en nosotros —el pequeño grupo de intelectuales que animó en Córdoba la experiencia de Pasado y Presente— de que la guerrilla rural podía ser en el país una perspectiva válida. No creo que ninguno de los argumentos que esa noche utilicé, hicieran mella en sus convicciones. Ni la situación del país, ni el carácter de sus formaciones políticas, ni el profundo distanciamiento entre una juventud radicalizada y un movimiento obrero que buscaba el acuerdo con los militares golpistas una salida de fuerza que derrumbara el gobierno civil de Illia, ni las lecciones a extraer de una guerrilla que desconocía hasta el extremo de lo farsesco la realidad de un país complejo, diferenciado, contradictorio como era y sigue siendo el nuestro, nada de todo eso podía decidirlo a modificar una postura que no necesitaba de los hechos para validarse. Para el Ché, el fracaso del comandante Segundo —nombre de combate que adoptó Masetti tal vez para indicarnos que no era sino el Adelantado él mismo— era simplemente una batalla perdida, pero tenía que haber otras para que las cosas pudieran ponerse en movimiento. Había que papararse mejor para intentarlo de nuevo. Confieso que no tuve valor para desmentirlo; mis objeciones no tenían fuerza alguna para corroer la coraza de una postura que ponía en la balanza, frente ala rigidez de lo inerte, el peso vivo y deslumbrante de una voluntad revolucionaria a a toda prueba. Desde ese momento supe que nada lo detendría y que seguirá en su camino hasta el final. Es cierto que yo no tenía nada que oponerle, salvo admisión de nuestra debilidad. No teníamos detrás ni una fuerza política con gravitación propia, ni un movimiento social que protegiera nuestra acción: de la derrota de Masetti sólo quedaban despojos y había que recomenzardesde abajo una tarea que no podía reconocer un final sin tener el signo que pretendía imponerle: se comprenderá que no era ésta una alternativa que sedujera a un luchador poseído por la sed de absoluto como era el Ché. Desde ese momento nuestros caminos se bifurcaron. Nuestro grupo siguió con emoción y simpatía su combate contra los molinos de viento: el cuestionamiento de las formas burocráticas de gestión de la economía cubana sus esfuerzos por dilatar los estímulos morales en una sociedad que daba muestras de agotamiento en su lucha contra el cerco; su combate contra el tratamiento poco solidario de los países socialistas con los pueblos del tercer Mundo, la búsqueda de la unidad americana para resistir las presiones del imperialismo, su renunciamiento cubano, su recorrido por el mundo portando el verbo d ela revolución. Leíamos sus escritos y las difundíamos porque reconocíamos en él una voz que rehusaba plegarse al realismo político de quienes se someten a lo que ni siquiera pretenden cambiar. No creíamos que su camino fuera el nuestro, pero las cosas por las que luchaban sí lo eran. No fue un maestro, fue un símbolo, un ejemplo moral en el muchos nos reconocíamos no importa cuál fuera el juicio que sus pasos merecieran. Su muerte significo la caída d e algo más que una ilusión: En esos momento la sentimos como el fin de una época Con el Ché se cerraba un capítulo de una historia que no estábamos en condiciones de pensé de qué modo habría de proseguir. Después vinieron los años de las nuevas esperanzas, el mayo fránces, las luchas obreras, la revolución cultural china, el cordobazo, la violencia armada y el terror. El terror de una dictadura militar que se propuso aniquilar sin piedad todo aquello que el ejemplo del Ché contribuyó tal vez como ningún otro a que madurara en el país. Su muerte nos la preanunció sin que lográramos verlo. Nos dijo muchas cosas que debería habernos obligado a reflexionar más obre el sentido, la naturaleza y los caminos de una efectiva lucha por la transformación social. Pero no pudimos hacerlo porque admitir el duro umbral de lo real era vivido por nosotros como una forma de traicionar su ejemplo. Preferimos cambiar la realidad por nuestros deseos, fantasear con los ojos abiertos en lugar de asumir la responsabilidad cívica y moral que cargan sobre sus espaldas aquellos que insisten en pensar que lo que existe no puede ser verdad. No creo que nuestra buenas intenciones justifiquen los errores que cometimos, pero ¡guay! Del que pretende salvar su alma impidiéndose a sí mismo actuar para no cometer yerros. Las verdades se modifican, decía Sartre, y lo único que importa es el camino que conduce a ellas, el trabajo que se hace sobre sí y con los otros para llegar a ellas: La lección que debemos extraer del Ché no puede ser hoy insistencia en el error, sino el valor de la corrección. Las cosas por las que él combatió siguen en pie y reclaman seguidores; sigue siendo una tarea por la que nos sentimos obligados a luchar la búsqueda de una nueva forma de construir la vida asociada de los hombres. No hemos cambiado nuestras convicciones; pero no estaríamos a la altura de las demandas del presente si nos negáramos a admitir lo que la propia sociedad crea de nuevo y erosiona nuestras certezas. Mientras escribo estás líneas acuden a mi memoria las palabras con las que un viejo revolucionario ruso, Herzen trata de explicarle a su amigo Bakunin las razones de sus diferencias: Tú te lanzas hacia delante como antes, con la pasión de la destrucción, derrumbando los obstáculos y respetando a la historia sólo en el provenir. Yo no creo en los caminos revolucionarios de una época y me esfuerzo por comprender el paso humano en el pasado y en el presente, para saber cómo caminar junto a él, sin quedarme atrás no correr hacia delante, hacia un lugar donde los hombres no me seguirán, no pueden seguirme”. No fue poco el coraje y la independencia de criterio que necesitó Herzen para pronunciar estas palabras en un ambiente que le era adverso. Tampoco es fácil decirlas en el presente frente a una izquierda que se resiste a extraer las lecciones de los hechos y a un medio que se burla de nuestras convicciones. Pero a veinte años de su muerte de un hombre que fue nuestro, y que legó a un mundo incrédulo el sacrificio de una vida por ideales que siguen siendo los nuestros, cometeríamos una grave falta a su memoria si no fuéramos capaces de hablar claro.

martes, 4 de octubre de 2011

Las traducciones de El Capital al castellano


Las traducciones de El Capital al castellano
A ) .- Traducciones de El Capital diferentes tomos:
1. Primera traducción incompleta de la edición francesa de Joseph Roy por Pablo Correa y Zafrilla12 aparecida en 1886 en el diario La República de España34.
2. Segunda traducción de Juan B. Justo5 a partir de la cuarta edición alemana que aparece en España entre 1897 y 1898. En 1918 aparece la segunda edición argentina, la cual contiene una revisión y corrección de la española según menciona Justo6.
3. Tercera traducción del tomo uno (1), y primera traducción completa de los tres tomos por Manuel Pedroso7 8de 19319.
4. Cuarta traducción a cargo de Wenceslao Roces primero para editorial CENIT de 1934-1935 del primer tomo. La traducción de Wenceslao Roces completa de los tres tomos aparece recién en 1946 en su exilio en México ahora para el Fondo de Cultura Económica (FCE).
5. Quinta traducción solo correspondiente a los tomos dos (2) y tres (3) de El Capital de la Biblioteca Nueva de Buenos Aires de Juan E. Hausner de 1946, que según Mazía es una “meritoria y ajustada traducción” mencionada como complementaria de la de Justo10.
6. Sexta traducción la que desconocemos y de la cual hemos encontrado una sola referencia realizada por Tarcus como una obra colectiva de traducción por parte de la Editorial Cartago11 de la edición francesa realizada en el año 1956.
7. Séptima traducción de los tres tomos por parte de un grupo para la editorial EDAF12 de España de 1972. Los traductores mencionados son Juan Miguel Figueroa, Rodrigo Peñaloza, Miguel Angels Muñoz Moya, Aníbal Froufe, Antonio Saa, Mauro Fernández Dios, Francisco Cespo Méndez y Francisco Álvarez Velasco13.
8. Octava traducción de Floreal Mazía14 de Editorial Cartago 1973. Esta traducción es previa a la versión de Pedro Scaron y fue realizada a partir de la edición francesa de J. Roy15.
9. Novena traducción de un grupo de traductores de anónimos supervisados por Raúl Sciarretta para Editorial Corregidor de 1973, con prólogo de Louis Althusser, solo correspondiente a los primeros cuatro capítulos del primer tomo16.
10. Décima traducción a cargo de Pedro Scaron cuyo primer tomo de El Capital aparece en 1975 publicada por editorial Siglo XXI, el abordaje del trabajo está desarrollado por extenso en la advertencia del traductor al inicio de la obra., que aunque pretende ser una edición crítica y establece los parámetros de cómo debería ser una edición que cumpla esos requisitos, esta edición finalmente “no aspita a tanto” y solo pretende ser “una primera edición crítica de El Capital”. El texto básico que usaron fue el de la segunda edición alemana de 1872, y usaron el texto de la Werke para la cuarta edición alemán y sus agregados17.
11. Décima primera traducción conocida a cargo de Vicente Romano García para editorial AKAL de 1976. Esta traducción fue realizada en base a edición alemana de la editorial Dietz de Berlín del año 1962. En su “Nota preliminar del traductor” aseguran haber tenido siempre a la vista la traducción de Roces que aunque con “hermoso estilo no siempre se ajusta al original”. Y sobre la traducción de Scaron menciona que “ha mejorado considerablemente “las anteriores, pero critica lo que atribuyen como obsesión en la crítica a la traducción de Roces18.
12. Décimo segunda y última traducción correspondiente a Manuel Sacristán19 para Editorial Grijalbo20 del año 1976.
B).- Versiones abreviadas de El Capital.21
1. Versión resumida de Gabriel Deville22. a).-Existen de esta edición varias traducciones la primera de larga difusión es la de Editorial Sempere de 1909 cuya traducción estuvo a cargo de T. Álvarez. b).- Otra es la de Editorial Claridad que toma la posta del anterior del cual se realizan al menos seis ediciones entre 1930 y 1961. Recientemente en 2007 Editorial Claridad ha reeditado el texto de Deville con traducción de Ana Drucker23. c).- Tarcus señala la existencia de una traducción tres anos posteriores a la publicación del original en 1887 por A. Atienza editado por El Socialista24 de España.
2. Compendio de El Capital de Carlo Cafiero25 26La primera traducción habría sido realizada en Valencia, España en 1932. Nosotros hemos consultado la traducción de Eloy Muñiz de 1978, con una introducción de Carlos Díaz. Cafiero fue un militante anarquista y la Editorial Júcar tanto como Díaz pertenecientes a un grupo editorial anarquista con relación con el catolicismo quienes publicaron también otras obras de Marx27.
3. Versión popular de El Capital por Karl Kautsky. El nombre de la traducción es El Pensamiento económico de Marx (Karl Marx Oekonomische Lehren). La edición que nosotros disponemos en castellano de 1974 es de Editorial Distribuidora Baires quienes dicen tomar la traducción de un original publicado por la Editorial La Oveja Negra de Colombia sin especificar el traductor. Aunque no lo dice explícitamente parece sugerir que es una traducción de la edición rusa. El original fue publicado en alemán en 1886 aparentemente habría sido revisada por Engels. El prólogo de la edición menciona que la versión original tenía una introducción de Kautsky que no fue incorporada en esta edición.
4. Compendio y aplicación a la economía Argentina de El Capital por Eduardo Astesano a cargo de Ediciones Clase Obrera del año 1955. La edición es una síntesis del capital con citas de autores argentinos con ejemplos que para el autor parecería concretos sobre la economía argentina. Tiene un prologo de Rodolfo Puiggrós que claramente señala la edición como de discusión política con su anterior militancia en el Partido Comunista y con el Partido Socialista que a pesar de haberlo traducido el “Dr. Justo no lo aplicaron a la realidad argentina28”.

Diego Cano

Bibliografía.
Tarcus, Horacio “Marx en la Argentina. Sus primeros lectores obreros, intelectuales y cuentíficos” Editorial Siglo XXI. 2007.
Ribas, Pedro, “Aproximación a la historia del marxismo español (1869-1939). Ediciones Endymion. 1990.
Ribas, Pedro, “La primera traducción castellana de El Capital”. Trabajo aparecido en el número 420, junio de 1985 de Cuadernos Hispanoamericanos. Pág. 201 a 210.
Ribas, Pedro, “La introducción del marxismo en España (1869-1939). Ensayo bibliográfico”. Ediciones de la Torre Madrid. 1981.
Sacristán Luzón, Manuel, “Escritos sobre El Capital (y textos afines)” Ediciones El viejo topo. 2004
1 Pedro Ribas me dio una copia de esta traducción cuyo único ejemplar encontrado está en la Biblioteca de la Universidad de Salamanca dentro del fondo particular del jurista y krausista Pedro Dorado amigo de Unamuno.
2 La calificación de Pedro Ribas sobre esta traducción después de realizar en base a una muestra una comparación con la edición francesa de Roy, es: ¨Comparada con alguna de las traducciones que existen hoy en castellano, la de Correa es sencillamente una mala traducción” (Ribas, 1985, pág. 207).
3 Ribas (1990, pág. 89-90) demuestra como la versión de Correa y Zafrilla es traducción de la versión francesa de Joseph Roy comparando párrafos enteros. Aunque Ribas menciona que el diario La república dice que la traducción es del original del alemán y Correa y Zafrilla afirma en la introducción “En la traducción se intenta ha sido posible el lenguaje, empresa difícil y penosa, tratándose me o ser fiel a al original, simplifica de un autor alemán, para cuya traducción no cabe fiarse en las versiones hechas a otras lenguas”. Pág. VI. Ribas menciona también que esta traducción no contiene algunos capítulos. En una rápida mirada no solo la traducción según él lo demuestra es del francés, sino la numeración de los capítulos sigue esta traducción, sino también la traducción queda trunca en el capitulo XIV División del trabajo y manufactura, y ahí llega a su fin tal como lo menciona Ribas (1985, pág. 209). De manera anecdótica a la tasa de plusvalía la traduce como tasa de exceso de valor y otras como ganancia (Ribas, 1985, pág. 209).
4 Scaron (1975, pág. XX) menciona a la traducción de Correa y Zafrilla, pero parece no haber tenido acceso a ella porque se equivoca al mencionar que fue publicada por el diario la Vanguardia (Ribas, 1990, pág. 135). Tampoco menciona el año de su publicación, ni la fuente de su información. Además la menciona meramente como tentativa inclusive poniéndola junto con el resumen de Deville, aunque si afirma que es una traducción de la edición francesa de Roy.
5 Aunque evidentemente Tarcus conoce los textos de Ribas sobre la traducción de Pablo Correa y Zafrilla este continua diciendo que “coronando el proceso de difusión del Marx científico, en 1898 aparece en Madrid la primera versión en español del primer volumen de El Capital”. (Tarcus, 2007, 47). Sin embargo más adelante dice “La primera traducción de El Capital de Marx al español fue llevada a cabo por el abogado Pablo Correa y Zafrilla (1844-1888) un republicano de orientación federalista, amigo de Pi y Margall. La versión, incompleta y retraducida del francés, salió en fascículos por entregas en el diario La República de Madrid a partir de 1886” (Tarcus, 363). Al final de este comentario cita a Ribas. Por otro lado Ribas (1985, pág. 202) menciona: “Pablo Correa y Zafrilla (1844-1888) fue un abogado que militó políticamente en las filas de los republicanos. Fue diputado de las cortes republicanas de 1873. Era amigo de Pi i Margall y colaborador asiduo en la prensa republicana. Sus ideas federalistas quedan reflejadas en el mismo título de los dos libros que escribió: La federación 1880 y Democracia, federación y socialismo 1888” (Ribas, 1985, pág. 202).
6 Tarcus señala que el trabajo de traducción de Justo “permanece envuelto en una bruma escura y mientras no logre recuperarse la correspondencia de Justo”. Un dato interesante aunque siempre desarrollando fuentes en este caso no aparecen explicitas, Tarcus menciona que según “diversas fuentes”(¿?) Justo habría contado con la colaboración de Augusto Kühn para la traducción, cuestión inédita hasta este momento ya que no hay ninguna referencia a esta persona en esta edición. Sin embargo parece que una de las fuentes diversas puede ser Ribas, quien señala “Juan B. Justo habría estudiado en Viena donde se familiarizó con la lengua alemana. Pero además contó con la colaboración del club Vorwärsts, grupo de socialdemócratas alemanes emigrados a Argentina. En la comunicación presentada por “un compañero” a la sección científica organizada por el comité central del Partido Socialista Alemán Unificado, con motivo del centenario de El Capital, se lee lo siguiente: “Juan B. Justo fue su traductor, en colaboración con Kuhn”. Véase ¨Ein Genosse aus Argentinien” en el libro “Das Kapital” von Karl Marx und seine internationale Wirkung, Dietz, Berlín Este, 198, pág. 267. (Ribas, 1981, pág. 38). Este libro está en la bibliografía utilizada por Tarcus.
7 Scaron (1975, pág. XXI) menciona la traducción de Pedroso “La versión de que efectuó Manuel Pedroso (Madrid, Aguilar, 1931) de los tres tomos de El Capital sigue en el tiempo a la de Justo. Aunque no la hemos leído en su totalidad, nuestra impresión preliminar es que ha sido injustamente olvidada: parece ser algo inferior a la de su precesor, pero no a la que examinaremos a continuación”. La anterior es la de Justo, y la que examina a continuación la de Roces. Ahora la de Pedroso, “no la leyeron en totalidad”, pero la igualan a la de Roces.
8 Según Sergio Pitol, Manuel Pedroso fue un republicano aristócrata (conde), último embajador de la República en Moscú antes de finalizar la guerra civil, ex rector de la Universidad de Sevilla, quien había traducido El Capital en su juventud cuando vivía en Alemania y termino exiliado en México.
9 Según Ribas (1990, pág. 88) Roces le hace una dura crítica a esta traducción y cita “nace redondamente descalificada, lo mismo para la lectura que para la consulta o el estudio (…)En cada una de las 1600 páginas del volumen, nutridísima de letra, hay aberraciones de traducción para colmar el gusto del más exigente coleccionista de ellas y que van desde el leve desliz hasta la franca monstruosidad: tergiversaciones de sentido y alteraciones de concepto, frases y hasta oraciones enteras truncadas –excelente medio quirúrgico, sin duda para extirpar dificultades de traducción-. Y en general un descuido constante de redacción y terminología que convierte la obra fundamental de Marx en verdadero galimatías y a trechos, que es lo peor, empeñando y desfigurando el bruñido pensamiento del autor, en alegato anodino y vulgar, En “Una edición completa de El Capital”, Bolchevismo número 3, julio de 1932, pág. 61. Qué ironía la de Roces que casi 43 anos después Scaron use casi los mismos argumentos contra su propia traducción.
10 Tarcus menciona también que fue una nueva edición la de Justo más los otros tomos traducidos por “Hausner” (Tarcus, 406).
11 Tarcus menciona que existe esta traducción colectiva anterior a la edición más conocida de Cartago de Mazía. Aparentemente esta traducción habría sido realizada de la edición francesa del año 1956. Desconociendo esta traducción en su versión original, y siendo el único que la menciona no la hemos incorporado a la lista, aunque obviamente debería ser incorporada de comprobarse la existencia de esta traducción previa de Cartago. En esta cita Tarcus hace un listado de traducciones donde no menciona la de Correa y Zafrilla y no menciona la de AKAL. (Tarcus, 2007, 406).
12 Scaron (1975, pág. XXVIII) menciona “Las dos últimas versiones castellanas del tomo 1 de El Capital constituyen una clara involución. Vergonzosamente en un caso y de manera semivergonzante en el otro, ambas versiones –la publicada por EDAF (Madrid, 1967) y la de Floreal Mazía para la Editorial Cartago (1973) se basan en texto francés”. Ambas traducciones son realizadas no solo del primer tomo, sino de la obra completa. Además es la única vez que mencionan esta versión sin ningún otro comentario a la misma.
13 Esta traducción tiene un estudio introductorio bastante desarrollado que aparenta muy crítico de El Capital realizado Jesús Prados Arrarte llamado “Síntesis y critica de El Capital de Marx. La opinión de los economistas del presente”. De manera anecdótica la edición por parte de EDAF es de excelente calidad en sus tapas y hojas, condensando en dos volúmenes los tres tomos de El Capital.
14 Existen rumores de que Floreal Mazía no existe como tal persona. Un amigo ex -militante del PC me mencionó que efectivamente había un equipo de traducción del partido dirigido por este tal Mazía. Habría que seguir recogiendo testimonios de la existencia de este grupo.
15 La introducción de Mazía menciona como traducciones anteriores a la de Justo en su edición española de 1898, después la de Pedroso donde se equivoca en el ano diciendo que es de 1928 cuando fue impresa en 1931. Y menciona una cuarta además de la de Roces, la de Juan E. Hausner.
16 Scaron (1975, pág. XXVIII).
17Aquí cabe por lo menos una sospecha sobre lo expresado por Scaron. Sobre los agregados que “Marx había indicado” incorporarlos ellos siembran una duda basados en un texto de Kautsky que supuestamente diría que Engels “no tomo en consideración todas las anotaciones manuscritas de Marx” (Scaron, pág. IX), sembrando así dudas sobre cuán exacto sería que esas anotaciones supuestas de Marx a una segunda edición alemana y una edición francesa son efectivamente de esa forma tal como Marx las habría realizado. Sin embargo, el texto que ellos citan de Kautsky según la MEGA esos comentarios no corresponden en general al tomo 1 como parecería decir Scaron sino a los tomos 2 y 3 lo cual en principio parece más “lógico”. El problema es que si lo afirmado por la MEGA es efectivamente así, ¿Por qué Scaron asegura que Kautsky habría consultado la segunda edición manuscrita y en eso baso sus comentarios que este habría hecho sobre las anotaciones incorporadas de Engels realizadas por Marx, cuando la MEGA dice que solo hacen referencia a los dos tomos siguientes? .
Según la MEGA “Karl Kautsky, el editor de una edición popular de los tres volúmenes de “El Capital”, escribió en 1926 en la introducción de su edición popular del 2do volumen: “Esto fue hecho con altas sospechas, Engels no siempre ha abarcado completamente el pensamiento o el razonamiento de Marx, y los manuscritos no siempre han sido agrupados y redactados de acuerdo a los pensamientos de Marx. Aceptamos, que esto significó para mí, repasar un enorme trabajo, al cual Engels dedicó casi un largo siglo, y yo llegaría al mismo tiempo en uno u otro punto a un resultado ajeno como Engels. Que garantía tendrían los lectores, de que precisamente mi interpretación del pensamiento de Marx se acercaría más al de Engels? A fin de satisfacer todas las consideraciones, sería necesario, brindar a los críticos la posibilidad de juzgar ellos mismos. Esto significa, que se deberían publicar en forma completa los manuscritos de Marx, tal cual ellos son”. Cita de Karl Kautsky: “Introducción a la edición popular” (Vorwort zur Volksausgabe). En: Karl Marx: El Capital. Critica de la economía política. Edición popular. Vol. 2. Libro 2. Editado por Karl Kautsky. Berlín, 1926. S XI (traducción de Claudio Lidaves y revisión de Diego Cano). Sacado de la introducción de Marx-Engels, Gesamtausgabe (MEGA II/12), Apparat, Akademie Verlag, 2005, página 502.
18 Cotejan en varios casos la traducción de Roces y Sacaron para terminar afirmando que “Scaron y Siglo XXI exageran un poco en sus ataques a W Roces y en la presentación de su edición como la “la más completa””. (subrayado nuestro, AKAL, pág. 11).
19 Según Sacristán la “El criterio de OME para la edición de Capital I-III es el de MEW, edición tomada como base” (Sacristán, 2004, pág. 139). Es una lástima que la colección de la OME sea tan poco conocida en la Argentina.
20 La editorial Crítica tenía un ambicioso plan de impresión de las obras de Karl Marx y Friedrich Engels denominada OME. El Capital libro primero habría sido publicado en los volúmenes 40 y 41 de dicha colección, (Ribas, 1985, pág. 210).
21 Nuestro conocimiento de estas versiones resumidas de El Capital tiene menos exhaustividad que la de las traducciones completas del mismo, fundamentalmente por a.- poco conocimiento actual de estas ediciones en general de principio de siglo hasta los treinta, y b.- la inmensa cantidad principalmente de ediciones populares aunque también posiblemente de traducciones, realizadas centralmente en España antes de la guerra civil. Sin embargo entendemos que aquí están representadas las principales versiones de este estilo.
22 El texto habría sido revisado por Marx, aunque de manera total por Engels. Engels en carta a Deville del 12 de Agosto de 1883 quien primero habla bien de la traducción: “He leído la sección que enviaste a Marx hace poco tiempo, la considero clara y muy precisa. Y, ya que contiene la parte más difícil del trabajo, parecería no haber razón para anticipar ningún tipo de malentendido en las secciones siguientes” (Collected Works Marx-Engels Volume 47, International Publishers, pág. 44, traducción propia). Y después le dice a Kautsky frente a la intención de este de traducir al alemán el resumen de Deville el 9 de enero de 1884: “Hasta el momento, en lo que compete a cuestiones teóricas, el resumen de Deville es el mejor que ha aparecido. El ha entendido todo correctamente aunque el uso de la terminología no sea exacto; cuestión que he corregido en el manuscrito. Por otro lado, la sección descriptiva no es tratada en forma detallada dando por resultado que algunas partes se tornen completamente incomprensibles para aquellos que no estén familiarizados con el original. Al mismo tiempo, aquello que facilitaría la comprensión (especialmente tomando en cuenta lo popular) es decir, el surgimiento de la manufactura y la industria a gran escala como períodos consecutivos, es relegado a un segundo plano. (Ni siquiera se nos dice que la legislación fabril no opera para nada en Francia, solamente en Inglaterra) Finalmente, el autor brinda un resumen detallado de su contenido incluyendo material que Marx debía presentar si pretendía completar su desarrollo científico, pero que no es necesario para comprender su teoría de la plusvalía y sus consecuencias (y solamente esto es lo que cuenta en el caso del resumen popular). De la misma forma que el número de monedas en circulación, etc. Pero, entonces, también cita textualmente las proposiciones de recapitulación de Marx habiendo dado no más que un incompleto repaso de los supuestos en las que aquellas se basan. Esto produce que dichas proposiciones aparezcan en ocasiones completamente distorsionadas provocando que, al remitirme a ellas, me encuentro en la posición de oponerme a las preposiciones de Marx. Esto ocurre porque las limitaciones que quedan claras y establecidas en el original por aquello que las antecede, en Deville aparecen como absolutas y universales y por lo tanto falsas universales y sin validez. No puedo cambiar esto, sin rehacer todo” (Collected Works Marx-Engels Volume 76, International Publishers, pág. 44, traducción propia). Y en carta a Kautsky del 16 de febrero agrega: “No solo la parte histórica de Deville precisa una revisión sino también la parte descriptiva. Podés darte cuenta de esto leyendo solamente algunos capítulos. Lo que haré por el momento, en cuanto compete a Meissner, es enviarle el texto en Francés e informarle que se está realizando una revisión y que le haré llegar los detalles de la misma en su debido momento” (Collected Works Marx-Engels Volume 101, International Publishers, pág. 44, traducción propia).
23 Desconocemos si esta es la misma traducción de la realizada en las ediciones anteriores de la misma editorial.
24 Tarcus (2007, 364)
25 Según Ribas (1990) existen otros resúmenes de en otros idiomas algunos muy populares en sus respectivos países. En Holanda de Ferdinadn Domela Nieuwenhuis, Karl Marx, Kapitel en arbeit, 1881. En Alemania de Johann Most Kapital und Arbeit, 1873, mas tarde de Karl Kautsky que mencionamos arriba, Karl Marx oekonomische Lehren, 1887. En Inglaterra Edward Aveling The sutudent’s Marx. An introduccion to the Study of Karl Marx’Capital, 1892. No he encontrado ninguna de ellas en internet, no significa que no estén obviamente. Ribas tampoco ha encontrado traducciones (Ribas, 1981, pág.43).
26 Originalmente fue publicado en 1879 en italiano y se basa en la edición francesa de J. Roy. (Ribas, 1981, pág. 43 y Cafiero, 1978, pág. 14).
27 Las referencias fueron dadas por Pedro Ribas. La edición de Júcar dice en su tapa: “Desarrollo de la tesis bakunista, según la cual el pensamiento de la escuela autoritaria “marxista” puede ser compatible con el pensamiento filosófico del anarquismo”.
28 Eduardo B Astesano 1955, pág. 12.