lunes, 20 de septiembre de 2010

Respuesta de Gilly a Fidel Castro. Guerrillas, Cuba, la URSS, y el trotskismo posadista en 1966











La contradicción todo lo mueve. En ella se manifiestan las posibilidades que encierra una cualidad. La discusión abierta y pública en los sesenta posibilita hoy retomar discusiones políticas que si no se hubieran hecho públicas serían más difíciles aún de ser reconstruidas.

En este caso tomaré el ejemplo de la respuesta de Adolfo Gilly en el diario uruguayo Marcha del 18 de febrero de 1966, al discurso dado por Fidel Castro al finalizar la conferencia Tricontinental de ese mismo año. Este enfrentamiento entre Castro y Gilly, entre la línea del trotskismo posadista y Cuba, aporta claridad sobre la discusión política de fondo del discurso de Castro.

Más allá de la veracidad de los argumentos de Gilly, o de lo correcto de su línea política, este artículo permite divisar los argumentos que posibilitan identificar las tensiones existentes en la política cubana hacia la lucha armada en América Latina.

El enfrentamiento entre Cuba y la sección de la IV Internacional de la línea posadista viene dándose desde el comienzo de la revolución. Esta discusión tuvo un momento muy álgido en enero de 1966, cuando en el discurso de la Tricontinental, Fidel Castro ataca fuertemente al trotskismo en su línea posadista por acusarlo del asesinato del Che Guevara. Esta acusación se sustentaba, según los trotskistas, en la no coincidencia de Ernesto Guevara con la línea política cubana cada vez más afín a los intereses soviéticos.

Los dirigentes del posadismo que actuaban en Cuba intensamente después de la revolución eran un grupo pequeño en número y fuerza. Su diario, La Voz Proletaria, fue cerrado por las autoridades cubanas el 26 de mayo de 1961. Las planchas del libro de Trotsky La Revolución Permanente[1], que el Partido Obrero Revolucionario Trotkista pensaba publicar, fueron destruidas[2]. Algunos autores como Gary Tennant llegan a afirmar que detrás de esto estaba el PSP soviético y el alineamiento total cubano con la URSS[3]. Adolfo Gilly era uno de los militantes que en 1963 es expulsado de Cuba. Este conflicto se traslada a Guatemala donde el POR (T), desde sus militantes en México, actúan abiertamente apoyando a la guerrilla del MR-13 de Yon Sosa en abierto conflicto con las guerrillas de las FAR más cercanas a Cuba.

En los próximos días colgaré en este blog el artículo de Adolfo Gilly donde señala con contundencia el alineamiento de Cuba a los soviéticos en 1965. Pero lo más significativo es la afirmación de que “el mayor servicio que Fidel Castro le presta a la política soviética, no es hablar de coexistencia pacífica. Es presionar a los movimientos revolucionarios y guerrilleros de America Latina sobre todo, utilizando la autoridad del Estado obrero cubano, para que éstos vuelvan a aceptar la alianza que habían roto con los partidos comunistas….pretende que estos [guerrillas] rehabiliten a los partidos comunistas y en consecuencia se sometan a su política de concieliación”.

Estas palabras son premonitorias de lo que sucederá un año después con la política de pedido de apoyo al Partido Comunista Boliviano en la guerrilla del Che en Bolivia, y las consecuencias de esa política en sus resultados concretos.

Bibliografía

Alexander, RJ, Trotskyism in Latin America, Stanford: CA, Hoover Institution Press, 1973.

Alexander, RJ, International Trotskyism 1929-1985: A Documented Analysis of the Movement, Durham: NC, Duke University Press, 1991.

Castro Fidel, discursos en http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1966/esp/f150166e.html

Gilly, A, La Senda de la Guerrilla (Por Todos los Caminos/2), Mexico D.F., Editorial Nueva Imagen, 1986.

Tennant, Gary Dissident Cuban Comunnism: The Case of Trotskyism, 1932-1965 http://www.cubantrotskyism.net/PhD/central.html

Tarcus Horacio (compilador). Diccionario Biográfico De La Izquierda Argentina. Emece. Entrada J. Posadas, pág. 525 a 527.


[1] Paradójicamente La revolución permanente es el séptimo libro en la lista de libros de lecturas del Che en Bolivia. Ver la lista de libros en Tomo 2 de Carlos Soria Galvarro en: http://www.chebolivia.org/. Este libro lo perdió en una mochila en medios de los combates y anota en su diario el 31 de Julio: “Se pierden 11 mochilas con medicamentos, prismáticos y algunos útiles conflictivos, como la grabadora en que se copian los mensajes de Manila, el libro de Debray anotado por mí y un libro de Trotsky, sin contar el caudal político que significa para el gobierno esa captura y la confianza que le da a los soldados.”

[2] Ver International Trotskysm. 1929-1985. A documented analysis of the movement. Robert Alexander. Pág. 230 y 231.

[3] Por ejemplo: “the available evidence indicates that the campaign against the Cuban Trotskyists, which began with attacks from the Partido Popular Socialista (PSP) in 1960 and intensified during the subsequent years as the old pesepistas successfully linked the institutions of the Revolutionary Government to their denunciation of Trotskyism, reflected Moscow's influence on the Revolutionary Government and the Fidelista leadership's eventual acquiescence to many of the central policy options favoured by pro-Moscow Stalinists.” Gary Tennant http://www.cubantrotskyism.net/PhD/central.html En capítulo séptimo, The Reorganised Partido Obrero Revolucionario (Trotskista) and the 1959 Revolution.

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